Un estudio muestra el impacto de la televisi¨®n en la anorexia y la bulimia
Las series anglosajonas hacen estragos entre las adolescentes de las islas Fiyi
La Rep¨²blica de Fiyi ha resultado un laboratorio de excepci¨®n para estudiar el impacto de la televisi¨®n en los h¨¢bitos alimentarios de los j¨®venes. Anne Becker, profesora de Antropolog¨ªa de la Escuela M¨¦dica de Harvard que ha estudiado los h¨¢bitos alimentarios en Fiyi desde 1988, dijo que, desde la llegada de la televisi¨®n a este archipi¨¦lago de Ocean¨ªa en 1995, ha habido un aumento notorio de comportamientos anor¨¦xicos y bul¨ªmicos. Este es uno de los trabajos presentados esta semana en la reuni¨®n anual de la Asociaci¨®n Estadounidense de Psiquiatr¨ªa que se ha celebrado en Washington.
Seg¨²n Becker, en una encuesta realizada en 1998, exactamente 38 meses despu¨¦s de que comenzara a transmitir su se?al el primer y ¨²nico canal de televisi¨®n en Fiyi, un 74% de las ni?as del pa¨ªs dijeron sentirse "muy corpulentas o gordas". La programaci¨®n del canal consiste en series brit¨¢nicas, australianas y estadounidenses, como Seinfeld, ER, Melrose Place y Beverly Hills, 90210, entre otras. "Un 15% de las ni?as entrevistadas dijeron que hab¨ªan recurrido al v¨®mito como medida para controlar su peso", asegura Becker.Tradicionalmente, la gente de Fiyi ha preferido y valorado, tanto entre los hombres como en las mujeres, lo que Becker describe como "un cuerpo robusto y musculoso". La frase "aumentaste de peso" siempre fue considerada un piropo entre la gente de estas islas, mientras que una p¨¦rdida de peso era vista como un problema de salud preocupante. En Fiyi, los invitados a cenar deben comer lo m¨¢s que puedan, de acuerdo con las reglas de buenos modales. Para los oriundos de este pa¨ªs, "tener las piernas flacas" era un insulto.
Bellezas occidentales
Los habitantes de Fiyi tuvieron acceso a servicios de energ¨ªa el¨¦ctrica en el a?o 1985. Y ahora, con la introducci¨®n de la televisi¨®n en los hogares, las j¨®venes adolescentes est¨¢n m¨¢s en contacto que nunca con los "modelos de belleza occidentales". Hoy d¨ªa, las j¨®venes de este pa¨ªs ya no sue?an con parecerse a sus madres y t¨ªas, sino que quieren ser altas y flacas como Heather Locklear, una de las protagonistas de Melrose Place, serie que tambi¨¦n se sigue en los hogares espa?oles.
Seg¨²n desvel¨® el estudio llevado a cabo por Becker, directora del Centro de Investigaci¨®n de Trastornos de la Alimentaci¨®n de la Escuela de Medicina de Harvard, cada vez es m¨¢s com¨²n que las adolescentes de Fiyi se sientan "gordas y deprimidas porque quieren bajar de peso". Becker y su equipo de investigadores notaron "un cambio" en los ¨²ltimos tres a?os, en lo que respecta a la percepci¨®n de imagen corporal y, consecuentemente, los h¨¢bitos alimentarios.
El trabajo de campo comenz¨® en 1995, un mes despu¨¦s de que comenzara la transmisi¨®n de televisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite en las islas Fiyi. Becker y sus colegas entrevistaron a 63 ni?as de diversos institutos, con una edad media de 17 a?os. Tres a?os m¨¢s tarde, en 1998, los investigadores entrevistaron a otro grupo (esta vez de 65 ni?as) procedente de los mismos centros educativos y con las mismas caracter¨ªsticas de edad y peso que el grupo original.
En las entrevistas de 1998, las ni?as que dijeron mirar televisi¨®n tres o m¨¢s noches por semana ten¨ªan un 50% m¨¢s de probabilidad de sentirse "corpulentas o gordas", y un 30% m¨¢s de probabilidad de hacer dieta que aquellas que no segu¨ªan la televisi¨®n con tanta asiduidad.
"Antes de 1995, en este pa¨ªs no se hablaba casi nunca de hacer r¨¦gimen", explica Becker. "La noci¨®n de calor¨ªas era desconocida aqu¨ª". Sin embargo, en las encuestas de 1998, ya un 69% de las ni?as dijo haber seguido una dieta, un porcentaje mayor que el de ni?as estadounidenses que se someten a un r¨¦gimen a esa edad.
"Espero que esto no sea como en el siglo XIX, cuando los brit¨¢nicos vinieron a Fiyi y trajeron el sarampi¨®n, que fue una plaga tremenda", advierte Becker. Seg¨²n la cient¨ªfica de Harvard, "en el siglo XX, la televisi¨®n es otro pat¨®geno que exporta las im¨¢genes y los valores de las culturas occidentales".
El estudio recibi¨® cr¨ªticas por parte de algunos acad¨¦micos, entre ellos Marshall Sahlins, profesor de Antropolog¨ªa en la Universidad de Chicago. Seg¨²n Sahlins, ¨¦l duda de que la televisi¨®n sea "la ¨²nica causa" en los cambios de percepci¨®n de imagen corporal, que conducen a la anorexia y la bulimia entre las ni?as de Fiyi.
Lo cierto es que los expertos coinciden en que estos trastornos son propios de sociedades desarrolladas, y hasta ahora no parece afectar a poblaciones m¨¢s pobres y aisladas de los patrones occidentales.
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