Tercera de Cipollini
El italiano rompe el empate entre los "sprinters" y hoy comienza la parte dura de la carrera
Uno, dos, tres, Cipollini. Los sprinters y sus equipos siguen gozando de derechos de bloqueo (concedidos por la gracia del Pirata y su Mercatone Uno) sobre el Giro de desarrollo m¨¢s plano y Mario Cipollini sigue demostrando que no es el rey de la velocidad porque haya heredado la corona. Su tercer triunfo (deshace el empate a dos con los otros dos m¨¢s r¨¢pidos, el holand¨¦s Blijlevens y el emergente Quaranta; alcanza la cota 28 en su historial gir¨ªstico y se queda a dos de las 30 de Constante Girardengo, el primer campionissimo) fue tal vez el m¨¢s elegante y cl¨¢sico: un sprint de pura expresi¨®n atl¨¦tica. Escarmentado por el sorpasso de Quaranta la v¨ªspera, el toscano cambi¨® de t¨¢ctica y no se puso a rueda de su tren rojo. Cuando sali¨® al viento, a eso de 200 metros, lo hizo desde atr¨¢s, desde la rueda de aquellos que se hab¨ªan colocado tras su Fagnini. Fue una victoria muy clara: tuvo tiempo de volverse y mirar la cara de decepci¨®n de los derrotados. No tendr¨¢ oportunidad de repetir el gesto por al menos unos cuantos d¨ªas. El Giro empieza a entrar en harina. O eso dicen los protagonistas: a partir de hoy la historia ya es de palabras mayores.Hay un mapa y dos historias, o dos formas de mirarlo. Hay etapas como la de hoy, entre la llanura padana (Sassuolo, al lado de los vinagres m¨¢s cotizados, los de M¨®dena, al lado de la f¨¢brica de los coches m¨¢s deseados, el Maranello de Ferrari) y la costa ligur (Rapallo). Tres noches a lomos de mulo en el siglo pasado, a trav¨¦s de pasos monta?osos como el Cento Croci (una cruz por cada persona muerta a manos de los bandidos, o de fr¨ªo, o destrozada por los lobos) o la Malanotte (o Pollano, o Bocco); pocas horas ahora en bicicleta, por los mismos pasos. No son puertos, ni estos dos, ni los otros dos (Cisa y Bratello) que han de subirse y bajarse hoy (un total de 2.600 metros de desnivel, una hora y tres cuartos en bicicleta), que metan el miedo en el cuerpo.
Tampoco son selectivos de forma natural: no es terreno para marcar la diferencia. Forman una etapa t¨¢ctica. De ah¨ª, las dos formas de verlo. Lo miran aquellos que en el ciclismo ven una ciencia humana aliada con la fantas¨ªa, la historia y el mito. Y dicen: ?por qu¨¦ no intentamos dar la vuelta a este calcet¨ªn? ?Qu¨¦ pasar¨ªa si un ataque lejano, entre el segundo y el tercer puerto, por ejemplo, a 100 kil¨®metros de la meta, con un hombre que puede que no se juegue pero tambi¨¦n puede que se lo juegue todo (estilo Z¨¹lle, el ciclista que est¨¢ aqu¨ª para preparar su Tour y que se bajar¨¢ de la bici en el momento en que no est¨¦ a gusto), demostrara, por ejemplo, que la banda del Pirata no es tan fiera como la pintan y obligara a Pantani en persona a ocuparse de la operaci¨®n captura, mientras que, por ejemplo, El Chava, a su rueda, sacar¨ªa el m¨¢ximo provecho? Llueven las respuestas, que se pueden resumir en tres tipos.
A. Los pesimistas: pasar¨ªa entonces como le ocurri¨® a Anquetil hace 40 a?os, que caer¨¢ un chaparr¨®n de ¨¦poca y el que se escape, como el franc¨¦s entonces, perder¨¢ descendiendo los puertos, sobre todo el ¨²ltimo, todo lo ahorrado hasta entonces, si no m¨¢s. Y Pantani baja mucho mejor que Z¨¹lle y Jim¨¦nez, por ejemplo.
B. Los pesimistas: pasar¨¢ que como todos est¨¢n con miedo a la ¨²ltima semana nadie se mover¨¢. En todo caso, Camenzind o alguno de su tipolog¨ªa, un clasic¨®mano que busque la victoria de etapa sin m¨¢s. Y su equipo, el Lampre, controlar¨¢ la cuesti¨®n. Y no hay nada qu¨¦ hacer.
C. El pesimista: ?para qu¨¦? Calculadora: no se pueden tirar petardos sin p¨®lvora. ?Y si nuestro equipo, el Banesto, por ejemplo, no es tan fuerte como puede hacer creer la clasificaci¨®n por equipos?
Mientras, en paralelo, se sigue disputando el Giro de las operaciones limpieza. El caso del Giro 96 (aquel en el que, seg¨²n algunas denuncias, un miembro de la organizaci¨®n avis¨® a los equipos de que les iban a registrar buscando productos prohibidos en cuanto desembarcaran de su traslado griego en el puerto de Brindisi) sigue candente.
Funcionarios de la polic¨ªa judicial, a las ¨®rdenes del fiscal de Ferrara, visitaron ayer la sede milanesa de RCS, la empresa period¨ªstica editora del Corriere della Sera y La Gazzetta dello Sport, y organizadora del Giro, para informarse del "staff" directivo de aquel Giro, lo que les fue satisfecho, y el autor de un breve aparecido en La Gazzetta dello Sport del 18 de mayo de 1996 en el que se hablaba del supuesto y fallido registro policial en Brindisi. Para que obtuvieran la respuesta a esta pregunta se les remiti¨® a la sede de la Gazzetta, donde los gendarmes se presentaron poco despu¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.