Rivera Letelier refleja un Chile de m¨²sica y minas en su ¨²ltimo libro

Pampa Uni¨®n fue un pueblo minero chileno del desierto de Atacama que, a pesar de contar con miles de habitantes y con 200 prost¨ªbulos durante cuatro d¨¦cadas, no lleg¨® a figurar en los mapas ni a gozar de existencia oficial. El 7 de agosto de 1929, el entonces presidente de Chile, Carlos Ib¨¢?ez del Campo, gir¨® una visita a las abandonadas tierras del Norte chileno y el pueblo entero esper¨® la llegada del ferrocarril del mandatario. Tras unos minutos de parada para que la locomotora repostara agua, el convoy sigui¨® su viaje sin que el dictador se dignara asomar la nariz.Esta an¨¦cdota hist¨®rica le ha servido a Hern¨¢n Rivera Letelier (Talca, Chile, 1950) para trazar su Fatamorgana de amor con banda de m¨²sica (Seix Barral), donde se entrecruzan el idilio entre una pianista sensible y un trompetista calavera, las rebeld¨ªas de los mineros, el ambiente del desierto de Atacama -"el m¨¢s cabr¨®n del mundo"- y una galer¨ªa de personajes del desolado norte de Chile de aquella ¨¦poca.

Considerado hoy como uno de los mejores narradores latinoamericanos, y premiado en Chile en dos ocasiones, Rivera Letelier trabaj¨® durante a?os como minero hasta que su ¨¦xito le permiti¨® vivir de la literatura. Se aliment¨® de los escritores del boom como Juan Rulfo, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Jorge Luis Borges o Julio Cort¨¢zar, si bien su fascinaci¨®n por las letras comenz¨® tras leer al argentino Leopoldo Marechal.

Un obrero del salitre

En las ant¨ªpodas de los novelistas engolados o vanidosos, Rivera Letelier coment¨® ayer que su triunfo resulta inc¨®modo para algunos escritores chilenos. "Que un obrero del salitre escriba y adem¨¢s venda es algo que algunos no aceptan bien", se?al¨® Rivera Letelier, que defendi¨® a los escritores del boom. "Fueron para m¨ª referencias fundamentales que algunos quieren saltarse. Yo creo que, para saltar una monta?a, hay que agarrarse a ella".Rivera Letelier ha escrito poes¨ªa desde los 20 a?os, pero su prestigio como narrador le lleg¨® pasados los 40. Gan¨® su primer concurso de poes¨ªa "por hambre" y para darse el gustazo de cenar en un buen restaurante y, con la misma convicci¨®n, obtuvo el Premio de Novela del Consejo Nacional del Libro de Chile en 1994 con La Reina Isabel cantaba rancheras.

Partidario de una narrativa que pueda ser le¨ªda con "el placer est¨¦tico de un poema", Rivera Letelier confiesa que todav¨ªa vive su triunfo como un sue?o. "A veces", dijo, "tengo la sensaci¨®n de ser un usurpador". A rengl¨®n seguido, Rivera Letelier rindi¨® un homenaje al escritor Luis Sep¨²lveda, su descubridor.