Europa: dos pasos adelante, uno atr¨¢s
La coincidencia de la cumbre de Colonia de la UE y el aparente final de la guerra en Yugoslavia ha generado nuevas expectativas para Europa. Una Europa que, parad¨®jicamente, ha encontrado en sus propias dificultades otra posibilidad de rehabilitarse y tomar la iniciativa. Los jefes de Estado y de Gobierno se han dotado de dos exigencias: generar una iniciativa de pol¨ªtica exterior y de defensa com¨²n y asumir el papel principal en la reconstrucci¨®n de los Balcanes.Ambas reivindicaciones requieren ingentes cantidades de dinero. El primer paso ha sido definir qu¨¦ se necesita; ahora llega el tiempo de explicar y concretar c¨®mo financiarlo. Ante ello, por el momento, s¨®lo caben preguntas que reflejan contradicciones. ?C¨®mo financiar una seguridad europea que haga a los Quince menos subsidiarios de los norteamericanos y un Plan Marshall para los Balcanes manteniendo al tiempo las perspectivas financieras aprobadas hace un semestre por los mismos protagonistas (el Consejo Europeo) en Berl¨ªn -es decir, sin superar un presupuesto comunitario m¨¢ximo del 1,27% del PIB-, sin modificaci¨®n del resto de los gastos y con una limitaci¨®n del 3% de d¨¦ficit p¨²blico en cada uno de los pa¨ªses (y tendiendo a la baja) como obliga el Pacto de Estabilidad? ?Se va a alterar alguna de las anteriores premisas, subir los impuestos o crear alg¨²n gravamen espec¨ªfico?
Para conocer la magnitud del problema, antes hay que determinar en qu¨¦ consiste. Cuando se demanda un Plan Marshall para los Balcanes, se hace una analog¨ªa muy gen¨¦rica del plan norteamericano del mismo nombre: en 1947, reci¨¦n terminada la II Guerra Mundial, el secretario de Estado de Estados Unidos, George Marshall, pronunci¨® una conferencia en la Universidad de Harvard en la que propuso una ayuda a los devastados pa¨ªses europeos occidentales (excepto Espa?a, donde gobernaba el general Franco). A esa ayuda se la denomin¨® Plan de Recuperaci¨®n Econ¨®mica Europea, dur¨® desde 1948 hasta 1952 y supuso alrededor de 20.000 millones de d¨®lares en materias primas, equipamiento industrial y alimentos.
La cumbre de Colonia ha creado una Agencia para el Sureste de Europa, encargada de poner en marcha un plan de reconstrucci¨®n para el conjunto de los Balcanes. En principio, Serbia no participar¨¢ en esa tarea -pese a que su econom¨ªa ha sido laminada por los bombardeos, que han destruido las infraestructuras m¨¢s b¨¢sicas- mientras Milosevic contin¨²e al frente del pa¨ªs; los mandatarios europeos entienden que participar en la reedificaci¨®n de ese pa¨ªs potenciar¨ªa al dictador en vez de propiciar su desaparici¨®n, objetivo no declarado del conflicto.
?C¨®mo se financiar¨¢ esta agencia y qu¨¦ monto de dinero habr¨¢ de disponer? A¨²n no hay consenso: desde 5.200 o 6.200 millones de d¨®lares anuales, durante cinco a?os, estimados por Prodi en una entrevista a la CNN, a los 30.000 millones de d¨®lares anuales (que incluyen las reparaciones de guerra) calculados por el hasta ahora comisario de Asuntos Monetarios, De Silguy, pasando por los m¨¢s modestos 1.739 millones de d¨®lares anuales hasta la plena integraci¨®n de la zona, definidos por el Centro de Estudios Pol¨ªticos Europeos, con sede en Bruselas, que contempla la democratizaci¨®n de los cinco peque?os Balcanes: Croacia, Albania, Macedonia, Bosnia y Serbia-Montenegro. Todo ello sin contar con el coste de los refugiados albanokosovares, que tambi¨¦n requerir¨¢ ayuda p¨²blica para la zona.
Kosovo ha dejado en segundo plano, y sin concreci¨®n alguna, el pacto europeo para el empleo que entr¨® en la agenda europea cuando Jospin venci¨® contra todo pron¨®stico en las elecciones francesas de 1997. El ¨ªmpetu que pusieron los Quince para sistematizar los criterios de convergencia se ha diluido al analizar el paro. ?ste ha sido el paso atr¨¢s de Colonia.
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