Day-Lewis, aprendiz de zapatero

El actor brit¨¢nico Daniel Day-Lewis, de 42 a?os, ha dado un nuevo argumento a todos aquellos que hablan de su "car¨¢cter dif¨ªcil" y su eterna necesidad de huida. A episodios de ¨ªndole profesional, como aquel en el que abandon¨® en mitad de la representaci¨®n un Hamlet en el National Theatre de Londres, o personal, como cuando rompi¨® en 1994 su relaci¨®n con la actriz Isabelle Adjani, madre de su hijo Gabriel Kane, por el original m¨¦todo del fax, suma ahora un peculiar exilio en la ciudad italiana de Florencia. Day-Lewis ha desaparecido moment¨¢neamente del star system y se ha refugiado en el taller de Stefano Bemer, maestro zapatero, para materializar una vieja pasi¨®n: la elaboraci¨®n de calzado de calidad. El protagonista de The boxer, cliente en Londres de John Lobb, proveedor habitual de todo famoso que se precie, encarg¨® el pasado invierno al artista italiano un buen par de zapatos. Fruto de aquel encuentro naci¨® entre ambos una profunda amistad y la ilusi¨®n del actor por aprender el oficio. Cansado del mundo de la far¨¢ndula y del asedio de los paparazzi, Day-Lewis se traslad¨® dos semanas, el pasado mes de mayo, a Florencia desde su residencia habitual en Irlanda. El actor ha vuelto a Italia hace una semana, en compa?¨ªa de su esposa, la directora y actriz Rebecca Miller, hija del dramaturgo estadounidense Arthur Miller, y su peque?o reto?o,para reincorporarse al taller de Bemer como un humilde aprendiz, seg¨²n informa Corriere della Sera. El c¨¦lebre actor permanece en el taller ocho horas al d¨ªa, entre pieles y cuero, al amparo de la discreci¨®n de sus compa?eros de estudios; tan s¨®lo ha trascendido que el nuevo empleado modelo no pierde detalle de la labor de sus colegas m¨¢s expertos y habilidosos. Asimismo, en su retiro florentino, el cine es un tema tab¨², del que no quiere o¨ªr hablar.

El oscarizado protagonista de Mi pie izquierdo, pel¨ªcula en la que interpreta a un paral¨ªtico cerebral que supera todos los obst¨¢culos hasta convertirse en famoso escritor y pintor, dedica el resto de la jornada a su vida familiar.

Fuera del mundo de los escenarios, y en relaci¨®n con la artesan¨ªa, hasta ahora, Day-Lewis s¨®lo hab¨ªa confesado su pasi¨®n durante la adolescencia por la ebanister¨ªa, afici¨®n algo alejada del ambiente familiar en el que se cri¨®. Hijo de Cecil Day-Lewis, insigne poeta laureado de la corona, y de la actriz Jill Bacon, el protagonista de En nombre del padre, pel¨ªcula que le vali¨® una candidatura al Oscar, se define como un "in¨²til" en lo intelectual, y el talante rebelde le llev¨® en su infancia a decidirse por el f¨²tbol y por encabezar las gamberradas de sus compa?eros de barrio.

Su llegada al mundo de la interpretaci¨®n tampoco pareci¨® calmar su car¨¢cter impulsivo. Tras el Oscar por Mi pie izquierdo, el actor tard¨® dos a?os en volverse a poner delante de una c¨¢mara, y ha rechazado algunos personajes como los que m¨¢s tarde representar¨ªan Tom Hanks, en Filadelfia, o Tom Cruise, en Entrevista con el vampiro.

Celoso de su intimidad, no ha podido evitar que tambi¨¦n se especulase con su vida privada. Se le atribuyen numerosos romances. Actrices como Julia Roberts, Winona Ryder, Greta Scacchi y Juliette Binoche, y cantantes como Sinead O"Connor, se suman a una larga lista encabezada por la ya citada Isabelle Adjani, con la que mantuvo seis a?os de tumultuosa relaci¨®n. El actor parece haber encontrado la estabilidad sentimental con Rebecca Miller, a la que conoci¨® en el rodaje de Las brujas de Salem, pel¨ªcula basada en la conocida obra teatral de quien acabar¨ªa por convertirse en su suegro.

En lo pol¨ªtico, Day-Lewis no olvida sus or¨ªgenes irlandeses. Calific¨® en su momento de "h¨¦roes" a los ciudadanos de Irlanda del Norte que, superando el ambiente de violencia en el que han vivido, fueron capaces de llevar una existencia normal. Algunos de sus papeles, en su mayor¨ªa dirigidos por el reconocido Jim Sheridan, as¨ª intentan reflejarlo.

Sobre su oficio de actor, Daniel Day-Lewis declar¨® hace tiempo: "Si no me hubiese sido concedida esta v¨ªa de salida, no s¨¦ si hubiera encontrado otro sitio para m¨ª en la sociedad". Por ello, este retiro italiano no puede entenderse como algo definitivo. M¨¢s bien parece un nuevo hito de excentricidad en su carrera. Un comp¨¢s de espera hasta que llegue el gui¨®n que le devuelva el inter¨¦s por los focos y las c¨¢maras.