Suicide: averno en el vest¨ªbulo
Mediante una actuaci¨®n salvaje presidida por la desmedida, Suicide, qu¨¦ nombre tan apropiado, cerr¨® la primera jornada diurna del S¨®nar 99. El CCCB se convirti¨® con el d¨²o norteamericano en algo as¨ª como un averno ideado por el cruce entre Sid Vicious, Mad Max y Rank Xerox. Penumbra, electr¨®nica, ruido, ritmos implacables y atronadores, voz atormentada y canciones que s¨®lo por momentos recordaban lejanas vinculaciones roqueras se adue?aron del vest¨ªbulo en una actuaci¨®n que s¨®lo pudo provocar sentimientos opuestos. Sirvan de bot¨®n de muestra dos comentarios cogidos al vuelo: "Me recuerdan a Esplendor Geom¨¦trico", dec¨ªa uno. "Ostras, son como Burning, pero en electr¨®nico", dec¨ªa otro.
En fin, ya se sabe que el S¨®nar es sorprendente, tanto como que antes de Suicide pinch¨® rockabilly el disck-jockey fin¨¦s Mika Vainio, cuya presencia constituy¨® una sorpresa fuera de programa. Fue el chocante aperitivo para unos Suicide que jugaron a lo que saben: provocar.
Menos salvaje result¨® la actuaci¨®n de Kreidler, entre otras cosas, porque se desarroll¨® al aire libre. Adem¨¢s, el grupo de D¨¹sseldolf manifest¨® sus querencias por sonidos amables que podr¨ªan ubicarse en los dominios del pos-rock. El cuarteto alem¨¢n fue, a la postre, protagonista de una de las actuaciones m¨¢s sugestivas del d¨ªa. Kreidler ofreci¨® un suave masaje de m¨²sica paisajista, cuyos temas iban creciendo a medida que se a?ad¨ªan matices y pistas de sonido.
El concierto de los alemanes result¨® as¨ª un oasis en una jornada protagonizada por los sonidos agresivos. En el Sonar Lab, la formaci¨®n barcelonesa Inri apost¨® por el ruidismo. Tambi¨¦n ruidismo hicieron los madrile?os Grand Moff Sound, pero ruidismo con ritmo, que es m¨¢s digerible.
En el Sonar Village, Memorabilia pinch¨® un recorrido por sonidos ambientales m¨¢s que recomendables a la hora que se digiere la comida.
Babelia
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