Elektronika Muziko
"Vivi de la elektronika muziko estas malfacilla, sed oni intencas". O lo que es lo mismo, "vivir de la m¨²sica electr¨®nica est¨¢ jodidillo, pero se lucha". Lo dice Eduardo Vargas, compositor, cantante, teclista y apasionado de la m¨²sica electr¨®nica desde los primeros discos de Brian Eno, Kraftwerk, Robert Fripp o EL&P all¨¢ por los a?os setenta. Vargas, nacido en M¨¢laga hace 37 a?os, lo dice primero en esperanto, ese compendio de lenguas romances que fue creado en 1886 por un fil¨®logo polaco llamado Zamenhof con la voluntad de convertirlo en idioma universal. Edu Vargas, o Solotronik, su alter ego musical en esta panlengua, acaba de publicar su quinto disco de m¨²sica techno cantado en esperanto. Polimorfa Arkiteknia (Vinilkosmo, 1999) contiene ocho temas en la l¨ªnea m¨¢s kraftwerkiana de la m¨²sica electr¨®nica contempor¨¢nea, donde incorpora letras del grupo po¨¦tico hispano luso Ibere Libere ("ib¨¦ricamente libres"). Sonido de sintetizadores, ritmos mec¨¢nicos, locutores franceses o polacos sampleados, homenajes a la serie Star Trek y a Mr. Spock cantados en una mezcla de esperanto y klingon (lengua alien¨ªgena de la popular serie de fantaciencia), leves toques dance o ambient, secuenciadores y la voz monocorde de Vargas de fondo como un muec¨ªn met¨¢lico dan a las canciones una atm¨®sfera de fr¨ªa melancol¨ªa. El disco y algunas de sus canciones han sido destacados por la revista Future Music como creaciones a seguir por la novedad de la propuesta. Lo cierto es que la m¨²sica electr¨®nica en esperanto suena m¨¢s industrial que nunca. Para acentuar ese homenaje rom¨¢ntico al pasado industrial, las fotograf¨ªas del disco son ruinas fabriles de las playas malague?as de La Misericordia: all¨ª, durante el siglo XIX se cre¨® uno de los sectores industriales pioneros en Europa. Hoy esas ruinas esperan que un Plan Especial las deje reducidas a cenizas. Vargas toca m¨²sica electr¨®nica y "de vanguardia" desde hace casi 20 a?os. "Pero nunca me hicieron caso", asume. Eso, hasta que hace 10 a?os se meti¨® en un curso de esperanto y acab¨® aprendiendo una lengua que, seg¨²n dice, hablan 10 millones de personas en el mundo y unas 100.000 en Andaluc¨ªa. Como idioma sencillo que es, al aprenderlo, Vargas vio que el esperanto era veh¨ªculo sonoro ideal para su est¨¦tica as¨ª como plataforma ideol¨®gica -simboliza la fraternidad universal y la comunicaci¨®n m¨¢s all¨¢ de las fronteras pol¨ªticas- para su af¨¢n creativo. Y as¨ª naci¨® Solotronik, el tecnoesperantista. Desde entonces, muchos congresos universales -Par¨ªs, Burdeos, Montpellier, Valencia, Barcelona...- del idioma lo han acogido como invitado y ha sido portada del Heroldo de Esperanto, el peri¨®dico decano de esta panlengua. Ahora quiere dar un salto al mundo de la m¨²sica electr¨®nica popular. Ya que las revistas especializadas le est¨¢n se?alando como m¨²sico a escuchar, desea tocar en el S¨®nar y que sus canciones se escuchen en el programa de referencia de esta m¨²sica, Siglo XXI, de Radio 3. Hace dos a?os dio un concierto en M¨¢laga, en el Centro C¨ªvico. "Invit¨¦ a 200 y vinieron 30; no est¨¢ mal", dice sin rubor. Vargas escucha de fondo un concierto de piano de Listz. Dice que le gustan Pender¨¨cky, Emerson, Orbital o los m¨ªticos Kraftwerk. Y a?ade: "el a?o que yo nac¨ª se celebr¨® el primer congreso de esperanto que hubo en M¨¢laga". Buena coincidencia. Solotronik canta en el disco: "Kaj nigraj steloj kiuj grimacis impertinentis". "Y las estrellas negras que acariciaron cometieron una impertinencia", traduce Edu Vargas.
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