El poder de la imagen y la fuerza de la palabra
Cinema Jove es un festival con vocaci¨®n de ser una especie de Mundial sub-21 del cine. En realidad, lo es, aunque sub-35, la edad m¨¢xima autorizada para participar como director en la secci¨®n oficial. El l¨ªmite de edad marca a los realizadores que presentan sus filmes, pues en todos ellos se aprecia, por una parte, la falta de experiencia para manejarse en la Babel de los lenguajes cinematogr¨¢ficos y, por otra, la ilusi¨®n de quien desea abrirse camino con un estilo personal, que no se parezca a ninguno, para acabar integrado en el sistema, como todos. "Me encantar¨ªa ser como John Woo. Es genial". Con esa desmedida ambici¨®n se expresaba Daniel Chang, nacido en Hong-Kong hace 34 a?os, al presentar su primer largometraje, Slow Fade. Con una concepci¨®n de la imagen fren¨¦tica, heredera de los juegos de videoconsola, la publicidad y el clip musical, Chang construye una historia de pasiones, mafias y venganzas. Nada nuevo bajo el sol de la antigua colonia brit¨¢nica. S¨®lo el intento por destacar con un proyecto que parte de un presupuesto ¨ªnfimo (50 millones de pesetas), merece la pena. En todo caso, Chang ofrece una org¨ªa de im¨¢genes, que juega h¨¢bilmente con los colores y los trucos visuales, como lujoso envoltorio de un producto vac¨ªo. Menos vac¨ªo es Dezember 1-31. Todo lo contrario. Bajo el formato de diario visual, Jan Peters, su director, recorre media Europa en busca de alg¨²n signo sobrenatural de su amigo Grobi, recientemente fallecido. El resultado es una pel¨ªcula densa, muy cargada de contenidos, literaria de principio a fin. Ah¨ª radica su virtud y tambi¨¦n su gran defecto. Viendo el relato de Peters, uno tiene la sensaci¨®n de que sobra la imagen. Es lo que menos importa ante la palabra, ¨²nico soporte v¨¢lido para desmenuzar la comunicaci¨®n en nuestros d¨ªas, a trav¨¦s del sesudo discurso del director alem¨¢n. Un discurso desnudo, sin papel de envolver. Por otra parte, ayer se present¨® el libro Maenza filmando en el campo de batalla, de Pablo P¨¦rez y Javier Hern¨¢ndez, editado por el Gobierno de Arag¨®n. Antonio Maenza, aragon¨¦s que tambi¨¦n residi¨® en Valencia, fue uno de los cineastas con mayor talento del grupo de j¨®venes que integraban el movimiento denominado cine independiente valenciano de los a?os sesenta y setenta, informa Ferran Bono. De car¨¢cter muy inquieto y admirador de Antonin Artaud, Maenza, que muri¨® a una temprana edad, realiz¨® tres pel¨ªculas, algunas inacabadas, El lobby contra el cordero, Orfeo filmando en el campo de batalla y Hortensia.
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