Dioses como hormigas IGNACIO VIDAL-FOLCH
Para conjurar cierta inquina contra la escultura y especialmente contra Rodin, para conjurarla a trav¨¦s de la literatura (como tanta gente que s¨®lo aprecia un paisaje si sabe que en ¨¦l se desarroll¨® tal batalla de la historia o tal episodio de una gran novela) he estado hojeando ese libro de Editorial Igitur que lleva los poemas dedicados a Rodin por Alistair Crowley (1875-1947), prol¨ªfico escritor que para sus actividades esot¨¦ricas en el seno de la secta Golden Dawn (Aurora Rosada) eligi¨® el alias de La Bestia 666. Crowley ya hab¨ªa pronunciado el juramento de la orden ("prometo y juro que, con el consenso divino, a partir de este d¨ªa me dedicar¨¦ a purificar y exaltar mi naturaleza espiritual, a fin de que, con la ayuda divina, pueda yo convertirme en m¨¢s que humano, y elevarme as¨ª gradualmente y unirme a mi genio divino superior, y que en tal caso no abusar¨¦ del gran poder a m¨ª confiado") cuando la traicion¨® publicando sus secretos y fund¨® su propia secta para practicar la magia negra y una suerte de sexualidad con pretensiones de trascendente que result¨® muy escandalosa. Sus poemas no me han iluminado especialmente, No aprecio m¨¢s el Balzac porque "epitalamios, canciones de cuna y epitafios / est¨¢n escritos en el misterio de sus labios." El Museo Rodin de Par¨ªs sigue atray¨¦ndome, pero sobre todo por el jard¨ªn y el estanque de los patos. Pero el libro incluye un interesante pr¨®logo de ?ngel Crespo, que analiza la figura y la obra del mago gal¨¦s. En otro libro, La vida plural de Fernando Pessoa, se extiende sobre el encuentro entre Crowley y Pessoa. El portugu¨¦s, muy interesado por la c¨¢bala, los rosacruces, las ciencias ocultas y el esoterismo en general, envi¨® a Crowley una carta advirti¨¦ndole de que el hor¨®scopo que hab¨ªa hecho de s¨ª mismo y publicado en sus Confesiones estaba equivocado. Crowley tuvo que darle la raz¨®n, menude¨® la correspondencia y al poco La Bestia 666 envi¨® aviso a Pessoa de que ya no pod¨ªa refrenar m¨¢s su curiosidad y se embarcaba hacia Lisboa para conocerle. Refiere Crespo que Pessoa estaba "lleno de aprensi¨®n y temor". Despu¨¦s de un azaroso viaje en el que el barco fue demorado por una espesa niebla, cuando por fin lleg¨®... As¨ª lo cuenta Crespo: "En tierra, Fernando Pessoa, transido y t¨ªmido, ve avanzar hacia ¨¦l a un hombre alto, de anchas espaldas, envuelto en una capa negra, cuyos ojos, maliciosos y sat¨¢nicos al mismo tiempo, le miran reprensivamente mientras exclama: "?Pero qu¨¦ idea ha sido esa de enviarme una niebla para all¨¢ arriba?". Frase con la que Crowley, sin la sombra de una duda, adjudicaba a Pessoa poderes sobrenaturales. Para ¨¦l no hac¨ªa falta siquiera que una hoja caiga en Australia para que se desencadene un vendaval en Islandia: basta con un pensamiento. Pensaba en estos libros, en esta frase, el otro d¨ªa durante el homenaje al postismo, un movimiento po¨¦tico, o mejor unos poetas, y entre ellos sobre todo Crespo y Ory, que entraron en esa derivaci¨®n del surrealismo escapados de una realidad chata, extremadamente convencional como fue la posguerra. Luego, tomando un caf¨¦, Pilar G¨®mez Bedate me explic¨® la vigencia de esos poetas en los siguientes t¨¦rminos: -Como el materialismo ha fracasado, ahora la vanguardia es el alma. Lo documenta en su reci¨¦n aparecido Poetas espa?oles del siglo XX, un conjunto de ensayos que empieza con Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, sigue con Aleixandre, Guill¨¦n y Cernuda, con Rosales y Chicharro, Labordeta, Mantero y Carlos de la Rica, entre otros: "Si mis observaciones sobre los distintos autores no resultan equivocadas, ?no aparece con bastante claridad la existencia, en la poes¨ªa espa?ola de nuestro siglo, de una verdadera tendencia -transversal a toda clasificaci¨®n generacional y estil¨ªstica- hacia lo que Juan Ram¨®n Jim¨¦nez llamaba "poes¨ªa con esp¨ªritu"?". Carlos Edmundo de Ory no se dej¨® ver en el homenaje al postismo, pero va a sacar un nuevo libro. Mientras tanto, en el pabell¨®n Mies van der Rohe alguien, no recuerdo qui¨¦n, recit¨® un poema in¨¦dito que dedic¨® a la memoria de Crespo en 1997, titulado Terza rima con ?ngel y del que alcanc¨¦ a apuntar: "... Te acuerdas t¨² te acuerdas t¨² de cuando / nos encontramos en lejano d¨ªa / los dos so?ando cuando no cantando / juntos del brazo por la misma calle / misteriosa del mundo haciendo migas / bajo el asombro de este hondo valle / donde cohabitan dioses con hormigas...". Divagaciones, bestias, ¨¢ngeles, dioses, hormigas... pueblan el mundo cuando se busca el absoluto y s¨®lo se encuentran cosas (Novalis).
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