Golpe de mano en el PSPV J. J. P?REZ BENLLOCH
Dudo que ning¨²n comentarista u observador imparcial de la pol¨ªtica valenciana cuestione el virtuosismo del ex consejero de Cultura y actual secretario de Organizaci¨®n del PSOE, Cipri¨¤ Ciscar, para maniobrar entre los meandros partidarios. Apostar¨ªa asimismo que, tanto por lo dicho como por otros m¨¦ritos suyos acreditados en la vida p¨²blica, nadie celebrar¨ªa verlo encallado o desguazado para siempre en una de las sinuosidades que ha de afrontar, cuando no es ¨¦l quien personalmente las propicia en el curso de los enredos que dise?a. Pero ¨¦se es el riesgo que se obstina en fomentar, sumi¨¦ndonos en la estupefacci¨®n y muy a menudo en el cabreo por las crecientes dosis de pr¨¢cticas marsellesas que ti?en su otrora finezza. Estos d¨ªas pasados nos ha obsequiado con una de sus estratagemas, acaso la m¨¢s borrascosa de cuantas ha urdido en los ¨²ltimos tiempos en el seno del PSPV. Dicho sumariamente ha consistido en dar un golpe de mano para colocar a sus incondicionales en las diputaciones provinciales, soslayando en muchos casos el criterio de las agrupaciones comarcales y cisc¨¢ndose en el respeto m¨¢s o menos debido pero muy conveniente en estos momentos por mor de la convivencia, a las dem¨¢s familias o sensibilidades del partido, digo de las tribus asuncionista, lermista o romerista. Al cuerno con todos ellos, con los aliados, los adversarios y las bases. El poder, ha debido pensar el alto dirigente, para quien lo tiene y ejerce. Vendr¨ªa a la mano a?adir que, como era de esperar, casi todos a una se han rebelado, escandalizados por esa demas¨ªa del mentado. Lo cierto es que la revuelta ha sido una rareza, por su singularidad, lo que denota que en el partido todav¨ªa late una reserva de verg¨¹enza torera, que ojal¨¢ fuese anticipatoria de otras revueltas m¨¢s ambiciosas. En este sentido, nos intriga la respuesta de las agrupaciones socialistas de la ciudad de Valencia ante el acoso implacable que Ciscar ejerce sobre quien es secretario general de esta comarca, Jos¨¦ Luis Abalos, pol¨ªticamente desahuciado por no haber sido d¨®cil a los planes del gran manit¨² que nos ocupa. ?Plantar¨¢n cara o doblar¨¢n el espinazo? Pero tanto inter¨¦s de esta pregunta y de otras se aten¨²a ante la gran cuesti¨®n: ?cu¨¢l ha sido el prop¨®sito real de esta operaci¨®n, m¨¢s propia de un elefante en cacharrer¨ªa que de un maniobrero refinado? A mi entender, Ciscar no ha pretendido otra cosa que pulsar las fuerzas de sus competidores antes de acometer el ¨²ltimo tramo de la escalada hacia el control total del partido. Que haya tenido que rectificar sobre la marcha y tragarse alguna aldaba no ha pasado de ser un contratiempo t¨¢ctico que no empa?a la ventaja de conocer d¨®nde est¨¢n los focos beligerantes que se encargar¨¢ de neutralizar antes del congreso extraordinario del pr¨®ximo oto?o. Y a fuer de sinceros habremos de admitir que no son muchos los fuegos que deber¨¢ apagar, para lo que contar¨¢ con las alianzas que desee, pues ya est¨¢ claro qui¨¦n manda en el cotarro en tanto tenga plaza de mando en Madrid. As¨ª las cosas, todo queda m¨¢s claro, aunque el episodio no sea otra cosa, en definitiva, que la prolongaci¨®n de las viejas querellas del PSPV con los mismos personajes, reducidos a dos, tres a lo sumo. La renovaci¨®n apenas emprendida habr¨¢ de esperar hasta que el personal -afiliados y votantes- se cansen de contabilizar dulces derrotas y adviertan que sus l¨ªderes han perdido las plumas, quiz¨¢ el cabello y hasta los espolones. En el marco de esa ruina general convenimos, no obstante, que inclinarse por Ciscar es todav¨ªa la mejor de las opciones, siendo as¨ª, adem¨¢s, que no permitir¨¢ el alumbramiento de otras. Y una nota final expresiva de la miseria que atufa a los gestores del socialismo valenciano. Aludo a la filtraci¨®n del d¨¦ficit econ¨®mico que acumula el partido, sin antes haberles pedido parecer o cuentas a los responsables. ?Qu¨¦ se nos sugiere, que son unos chorizos? ?Se les condena sin juicio? No me chocar¨ªa que esta infamia acabase recayendo como un bumer¨¢n sobre los inspiradores de la insidia, exponente de su talla moral, que no socialista, si eso quiere decir algo.
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