Reconciliaci¨®n sin verdad

El Sal¨®n del Libro, una modesta muestra editorial instalada en la Biblioteca Nacional de Argel, era ayer una isla de calma en medio de una ciudad sembrada de controles policiales. "Buteflika no est¨¢ impulsando la reconciliaci¨®n en Argelia, s¨®lo se aprovecha de los resultados del alto el fuego que los militares firmaron con la guerrilla del FIS [Frente isl¨¢mico de Salvaci¨®n] en octubre de 1997", sentenciaba la periodista y escritora Baya Gacemi, de 47 a?os, mientras se dispon¨ªa a celebrar la publicaci¨®n de su libro Yo, Nadia, la mujer de un emir del GIA , que acaba de salir a la venta en Argelia, casi un a?o despu¨¦s de que fuera editado en Francia y en Espa?a. Gacemi, como muchos otros intelectuales argelinos que pasaron de enfrentarse de la intolerancia de los islamistas, a finales de los a?os ochenta, a denunciar los abusos de un r¨¦gimen de base militar durante los ¨²ltimos siete a?os, sostiene que no puede haber reconciliaci¨®n sin verdad. "Tiene que crearse una Comisi¨®n de la Verdad, como en Sur¨¢frica, para que los argelinos asuman la reconciliaci¨®n, para saber qui¨¦n hizo qu¨¦, fuera miembro del Ej¨¦rcito o de las guerrillas; s¨®lo entonces tendr¨¢ sentido el perd¨®n", argumenta la escritora y ex periodista de la revista La Nation y del diario La Tribune, tras destacar la "oscuridad" con la que se est¨¢n realizando los cambios pol¨ªticos en Argelia.

"Buteflika es un megal¨®mano que controla la televisi¨®n m¨¢s a¨²n que en los reg¨ªmenes de anteriores presidentes como Zerual, que fue quien hizo todo el trabajo de pacificaci¨®n", insiste la autora de Nadia, en l¨ªnea con el escepticismo de los intelectuales de Argel, mientras tilda de "demasiado ruido para nada" las medidas de reconciliaci¨®n nacional del presidente.

"No se entiende por qu¨¦ va a convocar un refer¨¦ndum si ya controla las tres cuartas partes del Parlamento", critica Gacemi, "y no vale la pena consultar al pueblo con una pregunta como "?est¨¢ usted a favor o en contra de la paz?", pues s¨®lo unos pocos se atrever¨¢n a decir que no, mientras la crisis econ¨®mica y social no acaba de tocar fondo".