PASTA FRESCA Y PASTA FISCAL

Akbar Shahmasbi, propietario de una pizzer¨ªa en la ciudad sueca De Eskilstuna, unos 100 kil¨®metros al oeste de Estocolmo, ha tenido ocasi¨®n de experimentar en carne propia el rigor de las autoridades fiscales, cuando se trata de perseguir a posibles infractores. En el periodo comprendido entre noviembre de 1994 y febrero del 95, 17 polic¨ªas durante 140 horas se turnaron para vigilar y documentar el n¨²mero y las caracter¨ªsticas de los clientes que entraban al negocio y la mercanc¨ªa que adquir¨ªan. El prop¨®sito era corroborar la sospecha de las autoridades fiscales de que Shahmasbi no registraba la totalidad de las ventas que realizaba. El resultado de la investigaci¨®n, as¨ª parece indicarlo, ya que el comerciante tuvo que pagar un plus de 55.000 coronas, que se sumaron a su declaraci¨®n de la renta. El abogado del pizzero, Staffan Bergfeldt, calific¨® la actuaci¨®n policial de "rid¨ªcula tonter¨ªa" y de "despilfarro de recursos". En la descripci¨®n de los clientes, anotada por la polic¨ªa, se le¨ªan expresiones como "una mujer con un perro, una caja de pizza" o "tres j¨®venes y un negro, una bolsa y una coca-cola". Minuciosidad que la polic¨ªa no ha podido explicar.- ,