'The Sopranos', la nueva serie de ¨¦xito en EE UU
Ocurre pocas veces: un producto creado con aspiraciones modestas se convierte en el centro de atenci¨®n por m¨¦ritos propios. La serie estadounidense The Sopranos es m¨¢s que un objeto de culto: es capaz de reconciliar al m¨¢s esc¨¦ptico con el arte de la televisi¨®n. Ambientada en un decr¨¦pito barrio de Nueva Jersey y rodada con esp¨ªritu cinematogr¨¢fico, los 13 cap¨ªtulos de la serie -emitida por HBO- narran los trapicheos y desventuras de una familia mafiosa sencilla pero implacable con sus ritos y sus cuentas. David Chase, uno de los creadores de otra joya de la televisi¨®n, Doctor en Alaska, est¨¢ detr¨¢s de los guiones de The Sopranos, cuyos derechos de emisi¨®n en Espa?a (para el pr¨®ximo a?o) ha adquirido Canal +.
"Pap¨¢, ?est¨¢s metido en la Mafia?", le pregunta su hija a Tony Soprano (el actor James Gandolfini) cuando la lleva en coche al colegio. Lo pasa mal, piensa qu¨¦ decir y al final responde que no, aunque matiza que algunos de sus negocios tienen que ver "con la recolecci¨®n de basura". A la vuelta del colegio, solo en el coche, topa casualmente con un sopl¨®n de la polic¨ªa y le destroza la cara a patadas. ?se es Tony Soprano: sufre por mentir a su hija, pero rompe las piernas a un acreedor con la normalidad de quien hace bien su trabajo. Tiene el peor d¨ªa de su vida cuando instala a su madre en una residencia de ancianos, pero no pesta?ea cuando esa misma tarde saca unas tenazas para amenazar con la castraci¨®n a un rabino moroso. Por esos conflictos internos est¨¢ enganchado al Prozac. The Sopranos es una pel¨ªcula de 13 horas cortada a intervalos de una hora, y disfruta -o hace disfrutar- de uno de los mejores repartos de la historia de la televisi¨®n. La HBO, la cadena pionera en televisi¨®n de pago, es el marco perfecto para esta serie porque as¨ª no est¨¢ constre?ida a los l¨ªmites pacatos del prime-time americano. La serie es violenta, llena de sexo y palabras que jam¨¢s se escuchan en las cadenas generalistas. Y en ning¨²n lugar se agradece m¨¢s que en Estados Unidos si una serie se emite sin intermedios publicitarios.
Los creadores de la serie han trasladado los estereotipos de la mafia ¨ªtalo-americana a la ¨¦poca actual en las calles de los suburbios m¨¢s desangelados. Ya es significativo que la familia viva en Nueva Jersey, uno de los lugares m¨¢s despreciados por los norteamericanos por ser el s¨ªmbolo de las factor¨ªas humeantes y los edificios m¨¢s ennegrecidos. Arrebatados del glamour que se les otorgaba en d¨¦cadas anteriores, la familia intenta adaptarse a los tiempos y hace barbacoas los fines de semana.
Cuando un sobrino del capo le explica ante un ordenador que en Internet hay mucha informaci¨®n sobre la Mafia, Tony exclama: "Anda, si est¨¢ ah¨ª el t¨ªo Junior". La serie se ha convertido en la aut¨¦ntica cuarta parte de El padrino; las referencias constantes a la saga de Coppola hace m¨¢s f¨¢cil la comparaci¨®n entre lo que fue la Mafia y lo que ha quedado de ella. Uno de los secuaces instala una bocina en su coche que toca las notas de El padrino y Scorsese (director de Goodfellas) es un habitual en los garitos que controlan.
The Sopranos sabe a?adir una dosis de comedia pat¨¦tica a un drama familiar que hace olvidar al de Yo, Claudio. Y tantos elogios ha recibido, que la HBO ha repuesto la serie nada m¨¢s emitirla por primera vez. Para los 13 pr¨®ximos cap¨ªtulos habr¨¢ que esperar hasta enero del 2000.
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