Drogodependencias
El objetivo de esta carta es manifestar mi desacuerdo con el contenido del art¨ªculo La asociaci¨®n Proyecto Hombre desaconseja los tratamientos con hero¨ªna en Espa?a, publicado en EL PA?S el pasado d¨ªa 25 junio. Como m¨¦dico licenciado en salud p¨²blica, master en drogodependencias y que trabaja en este campo desde hace 11 a?os, con m¨¢s de 3.000 pacientes tratados, mi opini¨®n y la de muchos de mis colegas no concuerda para nada con lo expresado por los responsables de dicha asociaci¨®n. Proyecto Hombre es una entidad que merece todos mis respetos, y he llegado a colaborar ocasionalmente con ellos. Ahora bien, su programa es factible con un porcentaje muy limitado de la poblaci¨®n drogodependiente. De hecho, hablan de 5.000 casos tratados ya, frente a una poblaci¨®n que podr¨ªa superar el medio mill¨®n de pacientes. Las drogodependencias son consideradas actualmente por el colectivo cient¨ªfico como una enfermedad cr¨®nica y recurrente donde las reca¨ªdas en el consumo son la norma. Si nos centramos en la hero¨ªna, una de las drogas m¨¢s adict¨®genas que existen (despu¨¦s del crack), debemos tener en cuenta que la mayor¨ªa de sus complicaciones son debidas al hecho de que es ilegal, empujando a sus consumidores a recurrir al mercado negro para su obtenci¨®n. Las complicaciones debidas directamente a la sustancia en s¨ª son bastante menores que las producidas por el propio alcohol. Personalmente he comenzado a tratar pacientes en el a?o 1988 que, 11 a?os despu¨¦s, a¨²n sigo tratando, pues no han superado su dependencia. En este tiempo han podido permanecer meses o incluso a?os en abstinencia, pero la mayor¨ªa recae una y otra vez. Muchos de estos pacientes, que han podido acceder a un programa de mantenimiento con metadona (sustitutivo de la hero¨ªna), han visto c¨®mo mejora su calidad de vida, la de su familia y la de sus vecinos, quienes tambi¨¦n sufren las consecuencias de su adicci¨®n. Otros no han encajado tan bien en dichos programas y la mejor¨ªa no ha sido tan evidente o los han abandonado. Puede que para estos ¨²ltimos los programas de hero¨ªna supongan el fin de su agon¨ªa, adem¨¢s del fin del sufrimiento de su entorno social en la b¨²squeda cotidiana de la dosis. En todo caso, una cosa est¨¢ clara: cada persona es un mundo y cada patolog¨ªa ha sido condicionada por numerosos factores. Los tratamientos ¨²nicos o universales no sirven para todos los pacientes; hay que adaptarse a las circunstancias de cada uno de ellos, ser innovador e intentar buscar nuevas soluciones si las cl¨¢sicas no han servido. Es vergonzoso que, existiendo la metadona, haya hoy en Espa?a personas que tengan que delinquir, prostituirse, maltratar a su familia y entorno y degradarse para poder conseguir una dosis de la que en un momento dado no pueden dejar de depender. A todas estas personas, as¨ª como a sus familias, se les est¨¢ condenando a un malvivir inimaginable con estas ideas intuitivas y conservadoras, peligrosamente presentes en los c¨ªrculos responsables de las drogodependencias.- .
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.