La atracci¨®n del euro
La moneda ¨²nica se convierte durante tres d¨ªas en valor de cambio en el Parque de Atracciones
La convivencia entre el euro y la peseta es ya una realidad en el Parque de Atracciones de Madrid. Este recinto recrea durante tres d¨ªas la situaci¨®n que entrar¨¢ en vigor el 1 de enero del 2002 en todos los pa¨ªses de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria. El euro se estren¨® ayer en el parque madrile?o con la solemnidad que exige una operaci¨®n piloto de este tipo. Era la primera vez que la nueva moneda viajaba de mano en mano en un pa¨ªs europeo. Con el lema Practica el euro, la Sociedad Estatal de Transici¨®n a la moneda ¨²nica y la C¨¢mara de Comercio de Madrid han organizado unas jornadas para convencer a los ciudadanos de que pronto el euro ser¨¢ objeto de sus compras cotidianas. Con ese fin, se han puesto en circulaci¨®n euros de prueba por valor de m¨¢s de 100 millones de pesetas. Las monedas no son de curso legal, sino que se canjean en los eurom¨®viles del Parque de Atracciones y su validez se reduce a los establecimientos de all¨ª (bares, tiendas, t¨®mbolas...).
Grandes globos alusivos a la moneda compet¨ªan en el cielo con el intenso sol que brillaba ayer en Madrid. Para combatirlo, los transe¨²ntes hac¨ªan uso de unos c¨®modos abanicos que tambi¨¦n rezaban Practica el euro.
El vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, y el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, adquirieron 24,04 euros (4.000 pesetas), que gastaron entre la tienda de regalos y algunas t¨®mbolas. ?lvarez del Manzano no ocult¨® sus dificultades a la hora de pasar por caja. "Para pagar con euros hay que fijarse en el reverso de la moneda, cosa que no ocurre con las pesetas". Una vez hechas las cuentas, y ayudado por la dependienta, el alcalde se march¨® con varios objetos, entre ellos un llamativo peluche naranja. "Es para mi nieto", aclar¨®. Rato opt¨® por el mismo mu?eco anaranjado. No satisfechos con sus dosis de material infantil, fueron a probar suerte a una t¨®mbola donde el premio a la punter¨ªa era el mismo: un peluche.
Aparte de los gremios pol¨ªtico e informativo, pocas eran las personas que a mediod¨ªa dedicaban su tiempo a comprar con euros. ?scar Pont¨®n, empleado del Parque de Atracciones, reconoc¨ªa que la ma?ana hab¨ªa sido "normalita" en cuanto a afluencia de p¨²blico: "Se ha hecho poca publicidad de esto, aunque lo llevan preparando desde hace meses".
Entre el personal de organizaci¨®n, destacan unas animadoras que recorren el recinto en patines para repartir regalos y contar qu¨¦ es el euro. Una de ellas, Paloma, confesaba: "Yo me acerco a los que pasan, pero me estoy empezando a quedar af¨®nica". En una de las tiendas del Parque de Atracciones, un hombre pregunt¨® a un ni?o cu¨¢ntas pesetas val¨ªa un euro. La respuesta del chaval fue correcta (166,38 pesetas). "Pues ese dinero es una barbaridad", apunt¨® el hombre, que advert¨ªa as¨ª al joven de que el cambio de moneda no rebaja los precios.
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