La ruptura del di¨¢logo conduce a la agudizaci¨®n de la guerra en Colombia
El proceso de di¨¢logo entre Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucinarias de Colombia (FARC) est¨¢ en el limbo. Al aplazamiento indefinido de la instalaci¨®n de las mesas de negociaci¨®n, se a?ade ahora la aceptaci¨®n por los guerrilleros de su responsabilidad en la muerte de 11 personas en la zona de distensi¨®n y el retiro de los insurgentes de San Vicente del Cagu¨¢n, el m¨¢s grande de los cinco municipios desmilitarizados que deb¨ªan de servir de escenario de paz.
El aplazamiento del inicio de las conversaciones de paz, que deb¨ªan de haber comenzado ayer, tiene una causa dif¨ªcil de superar: el Gobierno insiste en la creaci¨®n previa de una comisi¨®n internacional de verificaci¨®n, encargada de vigilar lo que sucede en la llamada zona de despeje (de distensi¨®n)-m¨¢s de 42.000 kil¨®metros cuadrados-, y que se halla ahora en manos de la guerrilla. El Ej¨¦rcito acusa a los insurgentes de aprovecharse de esa zona para el rearme y lanzar ataques contras las Fuerzas Armadas. Las FARC lo niegan y limitan su aceptaci¨®n de esa comisi¨®n de vigilancia a que ¨¦sta se dedique a vigilar el proceso.Las posiciones se radicalizaron un tanto con las declaraciones de Ra¨²l Reyes, uno de los tres negociadores de las FARC, que acept¨®, abiertamente, que en la zona despejada por el Ej¨¦rcito colombiano han sido asesinadas 11 personas. "Las FARC est¨¢n interesadas en la paz y no tienen vocaci¨®n de m¨¢rtires", afirm¨®, para explicar despu¨¦s que los ajusticiados eran militares infiltrados disfrazados de civiles. "No nos dejaremos matar", advirti¨® el guerrillero.
"En Colombia no existe la pena de muerte" respondi¨® de inmediato Alfonso G¨®mez, fiscal general de Colombia. "No permitiremos que se asesine a ning¨²n colombiano, en ninguna parte de del territorio", terci¨® despu¨¦s el presidente saliente del Senado, Fabio Valencia, uno de los cinco delegados del Ejecutivo en la mesa de negociaci¨®n. Los cinco regresaron el domingo a Bogot¨¢, con las caras largas por el fracaso.
Desde hace a?os, la guerrilla aplica la justicia revolucionaria que contempla la pena de muerte. "Yo mato a un sapo [informante] pero evito que ¨¦ste mate a su vez a diez o 20", fue la l¨®gica que explic¨® a este peri¨®dico un guerrillero que se encuentra en la zona de distensi¨®n. Hace un mes, en Puerto Rico, poblaci¨®n vecina a San Vicente, las FARC fusilaron a 12 campesinos a los que acus¨® de favorecer a los paramilitares. Entonces no hubo mayor esc¨¢ndalo.
Voces que llaman a la guerra
Seg¨²n el analista Jaime Zuluaga los malentendidos de hoy son el resultado de las "imprevisiones en el dise?o del modelo de negociaci¨®n": se convino el retiro de la fuerza p¨²blica, pero no se aclar¨® el campo de intervenci¨®n de las FARC que, como todos los grupos guerrilleros, reinvindica una legalidad diferente a la del Estado. Zuluaga llam¨® a superar estos inconvenientes y a apostar por la calma: "La salida m¨¢s favorable es el di¨¢logo", dijo. Hoy, mientras esto sucede, el Gobierno exhibe compromisos claros de apoyo militar norteamericano y muchas voces llaman a la guerra. [Los empresarios colombianos conminaron ayer al presidente Andr¨¦s Pastrana a emplear "mano dura" contra la guerrilla, y a promover el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, la privatizaci¨®n de la recaudaci¨®n de impuestos y la b¨²squeda de una soluci¨®n al actual desequilibrio fiscal, seg¨²n informa la agencia Efe.]Horas despu¨¦s del anuncio del aplazamiento de la negociaci¨®n, en silencio, sin dar explicaciones a nadie, las FARC levantaron sus retenes, abandonaron sus campamentos y oficinas de San Vicente del Cagu¨¢n y se fueron dejando a esta poblaci¨®n de 10.000 habitantes convertida en tierra de nadie y al pa¨ªs lleno de malos presagios.
No solo en San Vicente sino en los otro municipios despejados hay temor por una intervenci¨®n paramilitar. Uribe, Mesetas, Macarena y Vistahermosa recostados en la cordillera que enmarca las llanuras de la provincia del Meta, est¨¢n cercadas por una zona dominada, desde hace un tiempo, por los grupos paramilitares que combaten a la guerrilla. Este fin de semana estos grupos asesinaron a 14 campesinos de la regi¨®n del Catatumbo en la frontera con Venezuela y secuestraron a 20 m¨¢s. Al menos 60 campesinos han muerto desde hace un mes, cuando aparecieron en la zona las pintadas que anunciaban la llegada de la Autodefensas Unidas de Colombia, las mismas que aparecieron en las poblaciones que rodean la zona del despeje.
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