Can¨ªcula
JAIME ESQUEMBRE Los efectos que el calor puede acarrear al ser humano son inescrutables. ?nicamente esta causa puede explicar que nuestro presidente act¨²e por un d¨ªa, y en pantal¨®n corto, de agente inmobiliario para acompa?ar a Julio Iglesias en su recorrido por Altea en busca de solares, chal¨¦s, inversiones y negocios. ?Se imaginan ustedes a Jordi Pujol cogido de la mano de Montserrat Caball¨¦ visitando ¨¢ticos en el Ensanche de Barcelona? ?A Ru¨ªz Gallard¨®n invitando a Carlos Sainz a mudarse a Puerta de Hierro? S¨®lo estos calores agobiantes excusan lo inexcusable: que el PP de Alicante se niegue a celebrar los plenos por las tardes porque eso facilitar¨ªa la asistencia de trabajadores, y sus "clientes pol¨ªticos" no reclaman un cambio de hora en el ejercicio de la democracia. S¨®lo en plena can¨ªcula puede entenderse que los padres de alumnos voten en contra de una propuesta para mejorar los servicios de los colegios p¨²blicos, o que el Servicio Valenciano de Salud reparta ventiladores entre los pacientes de Alcoy porque el aire acondicionado ha ca¨ªdo y no hay quien lo arregle. S¨®lo una borrachera de rayos solares puede esgrimirse como eximente del reparto de poderes que el alcalde D¨ªaz Alperi ha impuesto en su nuevo equipo, concentrando el poder en tres de sus concejales en apariencia menos preparados, lo que es tanto como condenarse al esc¨¢ndalo permanente, cuando no a repetir peregrinaci¨®n a los juzgados y despachos de fiscales. Con el calor llegan tambi¨¦n los turistas, y con ellos la fiebre de los poderes p¨²blicos por levantar calles y plazas para entorpecer un tr¨¢fico rodado que se eleva a la en¨¦sima potencia en los meses de est¨ªo. El calor es sin¨®nimo, por estos lares, de masificaci¨®n de playas, de falta de agua, del resurgimiento de vergonzantes servicios p¨²blicos y de locuras pasajeras que se superan con la llegada del oto?o. Todo tiene una disculpa. La enajenaci¨®n solar puede erigirse en coartada perfecta para salvarse de una un¨¢nime condena de los ciudadanos, que, m¨¢s inteligentes, optan por la playa.
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