El descr¨¦dito de Catalu?a
Para Baudelaire escribir una novela era relativamente sencillo: iniciar un argumento, sea cual sea, y para mantener la ilusi¨®n de acabarla, comenzar con unas frases bell¨ªsimas. La boutade del autor de Las flores del mal, extra¨ªda de Mi coraz¨®n puesto al desnudo (ese diario extraordinario a rebosar de ideas y digresiones), quiz¨¢ explica que Baudelaire nunca llegase a escribir novela. Era excesivamente sencillo. Y, sin embargo, en muchos aspectos, la novel¨ªstica contempor¨¢nea recuerda al exabrupto baudeleriano: iniciar un argumento -sea cual sea- y tener ganas de acabarlo. Cada vez m¨¢s, lo que gu¨ªa la novela actual es el argumento original y anecd¨®tico: la historia/eta que la imaginaci¨®n desenfrenada del escritor consigue articular y poner en movimiento, como una apremiante locomotora que remolca una ristra de cap¨ªtulos adecuadamente enlazados. En cualquier caso, escribir novela se ha convertido -sin duda, por la tir¨¢nica pol¨ªtica editorial- en la primera obligaci¨®n del escritor. La mayor¨ªa de los premios literarios de importancia s¨®lo contemplan esta modalidad de la narrativa (y excluyen las memorias, los libros de viaje y, sobre todo, los cuentos), y a menudo reducen la extensi¨®n del libro a 150-200 p¨¢ginas de DINA4. En 150 p¨¢ginas, un argumento novelesco, por d¨¦bil que sea, se puede concluir. A menudo, este "argumento" ha formado parte de alguna narraci¨®n corta que el escritor ha presentado, sin ¨¦xito, a alguno de los innumerables premios de narrativa corta que convocan los ayuntamientos m¨¢s anodinos. El cuento es de momento usufructo del peque?o municipio, mientras que el premio de novela generalmente se convoca por las grandes ciudades y por las m¨¢s potentes editoriales. Ya s¨¦ que hay excepciones, pero ¨¦stas confirman la regla. A menor cuant¨ªa econ¨®mica, menor n¨²mero de p¨¢ginas, y por ende o cuento o novela. Como si la calidad fuese una cuesti¨®n que se redujese al guarismo del n¨²mero de gramos de papel impreso. Xavier Bru de Sala acaba de publicar El descr¨¨dit de la literatura (Quaderns Crema). Bru de Sala es un hombre de letras erudito y exigente, y una de las plumas m¨¢s mordaces y volterianas de Catalu?a (lean si no su art¨ªculo Cartografia c¨¤ustica, publicado en el segundo n¨²mero de L"Espill). El descr¨¦dito es un ensayo que arremete contra la literatura catalana en especial, pero con una muy evidente proyecci¨®n en la literatura europea. Frases como: "El problema de muchos escritores y aspirantes a escritor actuales es que no han le¨ªdo a Faulkner, que prescinden de ¨¦l y de todos los Faulkners del siglo -de Proust y de Joyce, y de Mann, e incluso del Kafka de El proceso y de El castillo-", o como: "Para la supervivencia de la literatura con contenido, es imprescindible generar espacios libres de la excesiva presi¨®n de las listas de los m¨¢s vendidos y de la mayor o menor presencia medi¨¢tica como ¨²nico valor", son perfectamente aplicables tanto a la literatura catalana como a la espa?ola. Pero es, evidentemente, en la literatura catalana donde Bru de Sala fija su atenci¨®n. Y si bien es cierto que muchas de las ideas que divulga ya eran m¨¢s o menos conocidas (falta de verdadera ambici¨®n de la mayor¨ªa de los novelistas actuales, trivialidad, uso del vocabulario y sintaxis period¨ªstico en la prosa novel¨ªstica, falta de renovaci¨®n del lenguaje), en el descr¨¦dito zahiere con agudeza todas estas ideas y nos presenta una realidad cruda y descarnada. Resulta absolutamente descorazonador comprobar la actualidad de aquel aforismo de Joan Fuster que reduc¨ªa la tem¨¢tica de la literatura catalana a los siguientes puntos: un 60% se basaba en los versos de Verdaguer e imitadores (Tot sia per v¨®s,/ Jesuset dolc¨ªssim;/ tot sia per v¨®s,/ Jes¨²s amor¨®s), un 30% en temas relacionados con el Empord¨¤, y tan s¨®lo el 10% trataba los asuntos normales de cualquier literatura civilizada. Y de aquel 10% parece que tan s¨®lo se puede salvar Vida privada de Josep Maria de Sagarra, que ha sido una de las pocas novelas que ha conseguido mantener una cierta modernidad. Modernidad conquistada -seg¨²n Bru de Sala- por seguir los pasos (?tan s¨®lo en la primera parte!) de Marcel Proust. En cualquier caso, cabe preguntarse si Josep Pla, Eugeni d"Ors o Joan Fuster no hubiesen necesitado del art¨ªculo diario -como no necesit¨® Sagarra- si no tendr¨ªamos un panorama novel¨ªstico catal¨¢n m¨¢s serio, m¨¢s s¨®lido, menos anecd¨®tico. Este sigue siendo el gran drama del escritor en catal¨¢n: su intr¨ªnsica precariedad. Es cierto que nuestra novela carece muchas veces de la calidad que le correspondr¨ªa (por ejemplo, de la alcanzada por la portuguesa), pero si gran parte de los escritores actuales no necesitasen publicar semanalmente en prensa dos o tres art¨ªculos para poder llegar a fin de mes, sin duda el futuro de la novela catalana tendr¨ªa unas mejores perspectivas. Y, en este sentido, los escritores estar¨ªan m¨¢s libres de las modas y de las constricciones marcadas por las editoriales. Son muchos los handicaps que tiene que superar un escritor en catal¨¢n. Para ver su novela traducida al franc¨¦s, ingl¨¦s o italiano, generalmente tiene que pasar por la traducci¨®n previa espa?ola, que desde el punto de vista de ventas suele ser un fracaso. Adem¨¢s tiene que competir con la literatura espa?ola (el lector catal¨¢n es completamente biling¨¹e), lo que no sucede con el escritor portugu¨¦s. Vivimos en un pa¨ªs "anormal", y la literatura necesariamente se resiente: publicar en catal¨¢n sigue siendo un lujo y vivir de ello, un milagro. En definitiva, incluso ser¨ªa cuesti¨®n de preguntarse si el fracaso-descr¨¦dito de la novela en catal¨¢n no es una simple consecuencia del descr¨¦dito de Catalu?a: descr¨¦dito como naci¨®n independiente y proyecto cultural distinto al espa?ol. Por todo ello el escritor lo mejor que puede hacer para superar el inmenso tedio de la vida intelectual catalana y valenciana es seguir el consejo de Baudelaire: empezar la novela con frases bell¨ªsimas. Quiz¨¢ as¨ª mantenga la ilusi¨®n de acabarla. Que tal como van las cosas, cre¨¢nme, no es poco. Y si no lean a Bru de Sala y acaben de convencerse.
Mart¨ª Dom¨ªnguez es escritor.
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