M¨¢s all¨¢ de los pactos
Los recientes pactos post-electorales, tanto a nivel municipal como de gobiernos auton¨®micos, han sido motivo de satisfacci¨®n para las gentes de izquierda. En el marco internacional en el que estamos situados, o casi m¨¢s bien condicionados, los cambios sociales y pol¨ªticos dependen de reformas y no de revoluciones, de resultados electorales y de hegemon¨ªas en el sentido aut¨¦ntico gramsciano. Los ideales de la izquierda tienen vigencia, las formas de actuar las mediciones pol¨ªticas, los partidos, los l¨ªderes y muchas cosas m¨¢s precisan de una puesta al d¨ªa. Sabemos que la posici¨®n de clase por s¨ª no genera voto u opci¨®n de izquierda por necesidad. Sabemos que junto a los partidos tradicionales de la izquierda hay nuevos movimientos sociales, que fuera de la actividad partidista las personas y algunas capas sociales sit¨²an sus preferencias en cambios de izquierda. En nuestro caso espec¨ªfico, tendr¨ªamos que a?adir la sensibilidad nacionalista o valencianista progresista, aquello de hacer pa¨ªs. Pues bien, la realidad expresada en resultados electorales empuja a replantearse cosas. Nuestra sociedad, pese a la tercera v¨ªa en versi¨®n zaplanista, contin¨²a registrando ausencia de participaci¨®n, desigualdades, deficiencias en cultura y tolerancia, a lo que a?adir¨ªamos los desequilibrios econ¨®micos o de un desarrollo negativo para el medio. Nuestro pa¨ªs contin¨²a perplejo, como hace tiempo ya denunci¨® Marqu¨¦s, desvertebrado y desinformado sobre su identidad. Nuestra izquierda, la valenciana, est¨¢ ah¨ª y se ha visto forzada a llegar a acuerdos postelectorales, es lo menos que pod¨ªa pedirse dir¨¢n algunos... Todo el conjunto de la izquierda debe a mi juicio corregir sus propias inercias, y sobre todo hay que tomar en serio que la hegemon¨ªa pol¨ªtica y social no est¨¢ todav¨ªa en poder de la derecha que ha ganado las ¨²ltimas elecciones. Recuperar la hegemon¨ªa aqu¨ª y ahora, comporta ir m¨¢s all¨¢ de los pactos. Los principales componentes de nuestra izquierda organizada obedecen a patrones socialdem¨®cratas, nacionalistas, radicales, socialistas, o verdes. Todos estos componentes pueden y deben empezar a actuar en t¨¦rminos de colaboraci¨®n pensando en una perspectiva que permita un gobierno de progreso, caso de las Islas. Frente a propuestas de casa com¨²n, o de causa com¨²n, no nos enga?emos, ambas expresiones son lo mismo, habr¨ªa que hablar de intereses compartidos y de pluralidad de identidades. Ello, no implica ignorar la afirmaci¨®n del brit¨¢nico Raph Mhbaud, cuando indicaba que ninguna posibilidad de gobierno de izquierda existe sin la presencia de la sociademocracia. Existen muchos motivos que apuntan hacia una nueva forma de concebir las relaciones en el seno de las izquierdas, las estatales y las perif¨¦ricas, la tradicionales y las de nuevo signo. Los deseos de muchos votantes van por ah¨ª, y, tambi¨¦n, la necesidad hist¨®rica impuesta por la ofensiva del pensamiento ¨²nico y el conservadurismo, y m¨¢s en nuestro espec¨ªfico caso la perspectiva de pa¨ªs y no de paisage. Pasar de la confrontaci¨®n, a veces nacida de las apetencias al cargo o aparecer en la foto, a la colaboraci¨®n, constituye pues una tarea del momento y del futuro previsible. Ir de los pactos coyunturales hacia alianzas m¨¢s serias -un precedente ser¨ªa el pacto UPV-EUPV en 1987- exige un esfuerzo por parte de todos, que nadie se crea en condiciones de absorber otro, poner en com¨²n propuestas, programas y alternativas, todo ello con una pr¨¢ctica m¨¢s coherente. La euforia que parece respirar el Bloc no deber¨ªa de conducir a una sobrevaloraci¨®n de las posibilidades, o a seguir con la teor¨ªa de nosaltres sols, como ocurriera en 1987 cuando la UPV rompi¨® la alianza con Esquerra Unida. Esta ¨²ltima, por su parte, debe desprenderse de las actitudes generadas por la teor¨ªa de las dos orillas; y finalmente el PSOE, o PSPV si se quiere, debe en serio de renovarse, y actuar m¨¢s como la izquierda. He dejado un punto y aparte, para dedicar un comentario a una opci¨®n de nuevo cu?o, s¨®lo quer¨ªa que no incurriera en el mercantilismo pol¨ªtico, ni en los errores de las otras formaciones, se trata de Els Verds obviamente. Empecemos pues a dar pasos en vista de alianzas, de encuentro y no de desencuentro. A ver si eso es posible.
Vicent ?lvarez es miembro de Esquerra i Pa¨ªs.
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