Estados Unidos acent¨²a su presencia militar en Colombia
M¨¢s de un centenar de soldados norteamericanos instruyen a un batall¨®n especializado en la lucha contra la guerrilla
Esta mara?a de selva y r¨ªos en el coraz¨®n del pa¨ªs es uno de los frentes de la guerra que libra Colombia contra dos plagas gemelas: la guerrilla y la droga. Es tambi¨¦n el lugar en el que EEUU apuesta por una victoria definitiva del Ej¨¦rcito colombiano: los militares estadounidenses est¨¢n formando un nuevo cuerpo antidrogas que estar¨¢ operativo a finales de a?o, y cuya funci¨®n ser¨¢ debilitar a la guerrilla por medio de las incautaciones de droga, su fuente de financiaci¨®n. Algo que, hasta el momento, las Fuerzas Armadas de Colombia se han visto incapaces de hacer.La mayor¨ªa de la coca¨ªna proveniente de Colombia crece en los territorios controlados por la guerrilla, alrededor de esta aislada base a¨¦rea de las Fuerzas Armadas en Tres Esquinas. El dinero de la coca es lo que permite los cada vez mayores ¨¦xitos de los insurgentes, que hace apenas unos d¨ªas se encontraban a escasos 40 kil¨®metros de la capital.
"Este es el Ej¨¦rcito del futuro en Colombia", asegur¨® el mi¨¦rcoles el ministro de Defensa, Luis Fernando Ram¨ªrez, ante 1.000 soldados en el principal centro de entrenamiento, en Tolemaida, una ciudad al norte de aqu¨ª a 100 kil¨®metros de Bogot¨¢. Dos sema-nas antes, Ram¨ªrez, acompa?ado por el general Fernando Tapias, el jefe de las Fuerzas Armadas colombianas, vol¨® a Washington para buscar un incremento sustancial de la ayuda estadounidense: pidieron 500 millones de d¨®lares (unos 80.000 millones de pesetas) para los pr¨®ximos dos a?os.
El presidente de EEUU, Bill Clinton, respondi¨® que su pa¨ªs observa el esfuerzo de Colombia en la lucha contra el narcotr¨¢fico como un asunto de "seguridad nacional" estadounidense. "Haremos todo lo que podamos [para ayudar a Colombia]", a?adi¨® Clinton.
Colombia ha conseguido 289 millones de d¨®lares (unos 46.250 millones de pesetas) este a?o, y se ha convertido en el tercer pa¨ªs receptor de ayuda estadounidense. Pero algunos funcionarios norteamericanos calculan que Colombia necesitar¨ªa un m¨ªnimo de mil millones de d¨®lares (160.000 millones de pesetas) en el pr¨®ximo a?o.
La misi¨®n del batall¨®n antidrogas ser¨¢ mermar la principal fuente de ingresos de la principal guerrilla izquierdista del pa¨ªs, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC): los impuestos recaudados por la coca cultivada y procesada en su ¨¢rea. La guerrilla controla u opera con libertad en el 40% del pa¨ªs.
"Es una situaci¨®n de emergencia", advirti¨® el general Barry McCaffrey, el responsable de la lucha contra las drogas de la Casa Blanca, en su visita a Colombia a principios de semana. "Tiene a 25.000 personas ah¨ª fuera con ametralladoras, morteros, misiles y minas", insisti¨® McCaffrey. "Seguimos discutiendo sobre c¨®mo llamarles. No s¨¦ c¨®mo deber¨ªamos llamarles, pero s¨ª lo que est¨¢n haciendo: est¨¢n operando, son grandes grupos, en columnas de varios miles de personas, y cometen ataques simult¨¢neos en 11 provincias en la misma noche".
Y Tapias reconoce: "Nuestros aviones y helic¨®pteros no pueden hacerlo en estos momentos, porque son derribados en cuanto entran en la regi¨®n".
Los funcionarios estadounidenses calculan que entre 100 y 150 miembros del Ej¨¦rcito norteamericano est¨¢n en Colombia. Y Tapias reduce esa cantidad a s¨®lo "una docena" que se relevan peri¨®dicamente, y asegura que su labor terminar¨¢ en octubre. Los estadounidenses provienen del s¨¦ptimo grupo de fuerzas especiales, con base en Fort Bragg (Carolina del Norte), seg¨²n los oficiales colombianos y estadounidenses. Facilitan instrucci¨®n en espionaje, comunicaciones, reconocimiento, operaciones fluviales y uso de armas pesadas. Una vez comiencen las operaciones en diciembre no habr¨¢ "ning¨²n soldado estadounidense combatiendo en Colombia", asegur¨® Tapias.
Pero los grupos de derechos humanos no se sienten conformes. Observan el nuevo contingente de apoyo estadounidense como un primer paso en una mayor implicaci¨®n de EEUU, como ya ocurri¨® en Am¨¦rica Central y Vietnam. "Nuestra preocupaci¨®n es que el batall¨®n se implicar¨¢ en operaciones de contrainsurgencia", dijo Winifred Tate, un analista de la Oficina de Washington sobre Am¨¦rica Latina.
La base militar, que consiste en una franja de terreno, barracones y un centro de comunicaciones cerca de la confluencia de los r¨ªos Caquet¨¢ y Orteguaza, tambi¨¦n ha sido objeto de especulaciones entre los colombianos, debido a que EEUU y Colombia lo han vetado a los periodistas: ya hay historias de boinas verdes luchando con la guerrilla.
Las preocupaciones tambi¨¦n se han desatado en Colombia. Las organizaciones de derechos humanos se han quejado por los lazos entre el Ej¨¦rcito colombiano y los paramilitares, que han asesinado a miles de civiles. Despu¨¦s de su visita, McCaffrey se mostr¨® convencido de que los soldados respetar¨¢n el derecho internacional: "Nos preocupa c¨®mo se comportar¨¢n: les damos clases sobre derechos humanos, y creo que funcionar¨¢n".
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