Relevo en la OTAN
Un socialdem¨®crata cr¨ªtico en tiempos con la Alianza Atl¨¢ntica releva al tim¨®n a otro de iguales caracter¨ªsticas. Con la bendici¨®n de Bill Clinton, otorgada en la reciente cumbre de Sarajevo, y aplacado el enfado de algunos de los pa¨ªses m¨¢s peque?os, que desaprueban c¨®mo los grandes manejan a su antojo los hilos de la organizaci¨®n, la OTAN tiene nuevo jefe supremo en la persona del ministro brit¨¢nico de Defensa, George Robertson.El sucesor de Javier Solana, por tercera vez un brit¨¢nico en el medio siglo de vida de la Alianza, ha sido un candidato de ¨²ltima hora. Su nombre s¨®lo sali¨® a escena tras la renuncia formal de su hom¨®logo alem¨¢n, Rudolf Scharping, a quien se daba como seguro ocupante de un cargo reservado habitualmente para ministros o ex ministros europeos.Robertson hereda una Alianza ampliada a tres pa¨ªses ex comunistas, que acaba de superar no sin serias dificultades internas su bautismo de fuego en Kosovo y que todav¨ªa se est¨¢ lamiendo las heridas de su distanciamiento con Rusia a consecuencia del conflicto balc¨¢nico. La OTAN del cincuentenario ha remozado tambi¨¦n su propia doctrina de actuaci¨®n con el nuevo concepto estrat¨¦gico aprobado en la cumbre de abril en Washington. La articulaci¨®n entre los aliados y entre ¨¦stos y Washington se ver¨¢ sin duda mejorada con Solana en su nuevo puesto, al frente de los temas de pol¨ªtica exterior y defensa europeos, convertido en ese interlocutor transatl¨¢ntico, tan reclamado por EEUU, que se pone al tel¨¦fono para hablar con una sola voz en los momentos decisivos.
Dirigir pol¨ªticamente la OTAN en un momento de transici¨®n -el mando militar recae desde siempre en un general estadounidense- va a permitir a Robertson intentar favorecer a gran escala las reformas conceptuales que ha patrocinado en el Reino Unido durante los dos a?os como ministro de Defensa. El nuevo secretario general es abanderado de unas tropas capaces de responder con movilidad y flexibilidad a desaf¨ªos lejanos, troquel en el que est¨¢ modelando las fuerzas de reacci¨®n r¨¢pida de su pa¨ªs.
El otro tema b¨¢sico del mandato de este laborista escoc¨¦s de 53 a?os ser¨¢ el de perfilar la identidad militar europea dentro de la OTAN, con su anexo imprescindible de modernizaci¨®n. La guerra de Kosovo ha puesto de relieve el foso tecnol¨®gico creciente a ambos lados del Atl¨¢ntico y la total dependencia europea de Estados Unidos. Washington ha aportado las cuatro quintas partes de la aviaci¨®n, sus redes de espionaje por sat¨¦lite y el bastidor log¨ªstico que ha permitido ganarla. A Robertson le tocar¨¢ convencer a los socios europeos de la necesidad de corregir ese desfase en aras de la credibilidad y la armon¨ªa de la Alianza.Es decir, de destinar m¨¢s dinero a gastos militares.
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