ABECEDARIO ANDALUZ Flamenco
Tal vez nunca una cosa tan evidente result¨® m¨¢s misteriosa, como el flamenco. Ni nombre, ni origen, ni causas. Todo es maravillosa confusi¨®n. Tan s¨®lo est¨¢ claro que se genera en Andaluc¨ªa y que constituye una de sus mayores glorias. Lo dem¨¢s, a debate. Que si m¨¢s o menos gitano, que si m¨¢s o menos gach¨®n. (Cuidado con los excesos). Pero al menos hay acuerdo en lo que no es: ni folclore ni popular, sino arte exquisito que cultivan algunos artistas individuales con tes¨®n y rabia. Muchos andaluces, quiz¨¢ de cuando el flamenco sobreviv¨ªa entre rufianes, p¨ªcaros y se?oritos de burdel, le dieron la espalda, para siempre tal vez. Pero tampoco es f¨¢cil ser un buen aficionao, pues no se da a cualquiera, ni falta que hace. Lo dijo don Antonio Machado y ?lvarez, padre del gran poeta, y no hay que quitarle una coma: "G¨¦nero po¨¦tico predominantemente l¨ªrico, que es, a nuestro juicio, el menos popular de todos los llamados populares". Y as¨ª entramos en lo que aqu¨ª concierne: el flamenco, como lenguaje especial dentro del subsistema andaluz, seg¨²n quiere Miguel Ropero (El l¨¦xico andaluz de las coplas flamencas, Sevilla, 1984). Sin duda, donde m¨¢s se ha avanzado. A los m¨ªticos trabajos y repertorios de Hugo Schuchardt, Machado y ?lvarez, Sbarbi, Rodr¨ªguez Mar¨ªn... se unieron los de Caballero Bonald, F¨¦lix Grande, Donn E. Pohren y otros combatientes. Por eso duele tanto que el Diccionario de la Real Academia nos siga tratando tan mal. Juzguen ustedes. Siguen sin aparecer los t¨¦rminos precisos canta¨®, toca¨®, baila¨®. En su lugar unos postizos "cantaor" ("Persona que tiene habilidad para cantar coplas populares"), "bailador" y "tocador", con definiciones an¨¢logas en lejan¨ªa e insipidez. Ni siquiera aparecen: aficionao, afill¨¢, bambera, caracoles, colombianas, guajira, garrot¨ªn, grana¨ªna, mirabr¨¢s, rajo, sal¨ªa, taranto, ton¨¢. La rumba que viene es la cubana; canti?a, la gallega; tango, el argentino. La grana¨ªna es "granadina"; la albore¨¢, "alboreada", y la siguiriya, c¨®mo no, seguidilla Todo muy elegante, todo muy err¨®neo. Entre las 18 acepciones y muchas derivas de palo, ninguna para lo que es cada uno de los estilos flamencos. A palo seco nos tienen los se?ores acad¨¦micos. Y cuando definen, no se sabe qu¨¦ es peor: si la vacilaci¨®n entre "canto", "cante" y "canci¨®n", o la insistencia en adjetivar a todos como "popular". Vean: serrana: "canci¨®n andaluza, variedad del cante hondo". Playera: "cante popular andaluz". Verdial: "cierta clase de canto flamenco". Todo un prodigio de exactitud y respeto. Todo un ¨ªndice de c¨®mo se nos mira, de verdad, por ah¨ª arriba. Cualquier d¨ªa de estos va a haber que ponerse flamencos.
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