Y encima el toro JOAN DE SAGARRA
La Generalitat no autoriza el rejoneo de un toro en el intermedio de la representaci¨®n de la Carmen de Salvador T¨¢vora en la Monumental, representaci¨®n prevista para el d¨ªa 15 de este mes. La argumentaci¨®n jur¨ªdica en la que la Generalitat basa su decisi¨®n es la ley de protecci¨®n de animales, que proh¨ªbe el maltrato de ¨¦stos en un espect¨¢culo. Por otra parte, el intento de T¨¢vora de solicitar una doble autorizaci¨®n, una para el espect¨¢culo y otra para la lidia del toro, ha sido desechado al estimar la autoridad competente que, en este caso, se trata de un espect¨¢culo "introduciendo, en la l¨ªnea argumental de la leyenda, la lidia y muerte de un toro", como reza en el cartel de Carmen. O se pide autorizaci¨®n para Carmen, con o sin toro, o se pide autorizaci¨®n para la lidia de un toro, pero no para ambas cosas a la vez y en un mismo escenario, concretamente el ruedo de la Monumental. Ignoro cu¨¢l sea la martingala jur¨ªdica -debe de haberla- capaz de anular la aparente indisolubilidad legal entre lidia y espect¨¢culo en este caso concreto, pero no es esto lo que aqu¨ª interesa. Lo que quisiera recordar aqu¨ª es que en Catalu?a no hay ninguna ley que proh¨ªba la lidia y muerte de un toro y que en Carmen se trataba de lidiar, rejonear a un toro, al cual luego se indultaba, seg¨²n la oferta hecha por T¨¢vora a la autoridad competente. Cab¨ªa, pues, una interpretaci¨®n m¨¢s suave de la ley; cab¨ªa, si ustedes prefieren, hacer una excepci¨®n. Porque, al margen de la ley, resulta un tanto rid¨ªculo no autorizar el rejoneo, sin el rej¨®n de muerte, de un toro cumpliendo a rajatabla el vigente reglamento taurino, en una plaza de toros, y tres d¨ªas despu¨¦s, autorizar la lidia y muerte de otros seis toros en el mismo lugar. En este caso concreto, las autoridades han querido aplicar la ley con sumo rigor. Y en ese rigor creo yo ver una muestra de la inseguridad o del desconcierto de nuestros legisladores, de los partidos pol¨ªticos que aprobaron, por unanimidad, la ley de protecci¨®n de animales. Porque, francamente, no acabo de entender que se apruebe una ley prohibiendo el sufrimiento, la tortura y la muerte consiguiente de animales en espect¨¢culos p¨²blicos y no se proh¨ªban las corridas de toros. Eso, se?ores legisladores, me parece una grave contradicci¨®n. Por ello me atrevo a pensar que al denegarle el permiso a T¨¢vora para el rejoneo de un toro en Carmen alegando que no se trata de una t¨ªpica corrida taurina, las fuerzas pol¨ªticas intentan, torpemente, remediar el disparate que supone votar una ley de protecci¨®n de los animales de la que quedan excluidos los toros de lidia. ?Por qu¨¦ los partidos pol¨ªticos no se atrevieron a votar en su d¨ªa la inclusi¨®n del toro de lidia en la ley de protecci¨®n de animales? ?Por miedo a no alcanzar la unanimidad? ?Por miedo a enfrentarse con el mundo del toro, empezando por la familia Bala?¨¢? ?Para no da?ar al turismo? ?Para no enemistarse con los aficionados catalanes, los cuales, contrariamente a lo que afirman algunos, ya lo eran antes del franquismo, antes de la mal llamada fiesta nacional, como lo confirma la existencia de plazas en Olot (1859) y en Vic (1917), por no mencionar las tres barcelonesas: la de la Barceloneta (1834), la Monumental y Las Arenas, que son ambas de comienzo de siglo? Total, que los legisladores no prohibieron las corridas de toros. Y en esas llega T¨¢vora, "el provocador" (como lo calificaba Josep Mir¨® i Ard¨¨vol en el Avui del pasado viernes). Y llega nada m¨¢s y nada menos que para tocarles los cojones a los se?ores pol¨ªticos. "?Acaso no aplaudimos ya su Carmen (sin toro) en Peralada y en el Mercat?", razona la clase pol¨ªtica. "?Acaso no aplaudimos a la Banda de cornetas y tambores del Sant¨ªsimo Cristo de Las Tres Ca¨ªdas cuando desfilaba por La Rambla tocando el himno de Riego?" "?Acaso no le hemos concedido ya la Creu de Sant Jordi?" "?Por qu¨¦ viene a empre?arnos ahora con ese toro?" "Que repita su Carmen como est¨¢ mandado, que luego ya le llevaremos nosotros a ver una corrida de toros y luego nos lo llevamos a cenar a una pe?a taurina", razona la clase pol¨ªtica. Mi amigo Salvador T¨¢vora est¨¢, al parecer, la mar de enfadado. Dice que la decisi¨®n de la Generalitat con respecto a su Carmen es "antitaurina, antiandaluza y antiespa?ola". Antitaurina, por descontado, debido a la mala conciencia que supone el no haberse atrevido a prohibir las corridas de toros. Antiandaluza, jurar¨ªa que no, y antiespa?ola..., vamos a dejar eso para los cuatro gatos que todav¨ªa identifican los toros con la fiesta nacional. A T¨¢vora, cre¨¢nme, no le han autorizado su Carmen por atreverse a tocar los cojones de la clase pol¨ªtica catalana, los cuales, al avecinarse las elecciones, suelen mostrarse especialmente sensibles. Espero que se le pase. De no ser as¨ª, le sugiero que devuelva la Creu de Sant Jordi, a fin de cuentas s¨®lo sirve para una esquela gratis, y a T¨¢vora todav¨ªan le quedan muchas ¨®peras y muchas plazas de toros.
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