El obispo Belo pide "un perd¨®n sin l¨ªmites" para los asesinos
El obispo de Dili y premio Nobel de la Paz, Carlos Ximenes Belo, lanz¨® ayer un llamamiento a "un perd¨®n sin l¨ªmites y a la reconciliaci¨®n y paz" en la homil¨ªa de la misa que ofici¨® en la iglesia de los padres salesianos en Lisboa. "La iglesia reza por los que sufren y por la esperanza", proclam¨® Ximenes Belo, quien pronunci¨® buena parte del serm¨®n en tetum, el principal de los dialectos que se hablan en Timor Oriental, para que el mensaje pudiera llegar a los timorenses en el territorio o que se encuentran exiliados en Australia, Indonesia y otros pa¨ªses. Ximenes Belo viajar¨¢ hoy a Roma para visitar a Juan Pablo II en Castelgandolfo y exponerle cu¨¢l es la situaci¨®n en Timor Oriental, donde la poblaci¨®n es casi exclusivamente cat¨®lica. El obispo hubo de abandonar su residencia de Dili el pasado d¨ªa 6, despu¨¦s de que fuera atacada por las milicias integracionistas, que mataron en el asalto a unos 25 refugiados. Belo se protegi¨® en la residencia del obispo de Baucau, Basilio do Nascimento, y luego fue llevado a Australia. M¨¢s tarde, el propio Do Nascimento tambi¨¦n fue atacado y tuvo que huir a las monta?as.
La mansedumbre de la reacci¨®n de Belo ante la matanza y persecuci¨®n sufrida por su pueblo contrasta con la de Jos¨¦ Ramos-Horta, con quien comparti¨® el Nobel en 1996. Ramos-Horta, exiliado en Sydney ha sido muy exigente ante la comunidad internacional y no s¨®lo ha pedido desde el primer momento una intervenci¨®n internacional sino que ha propuesto que se cree un tribunal internacional que juzgue las atrocidades perpetradas.
En esto le apoy¨® ayer la alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Mary Robinson, quien en Drawin (Australia) expres¨® su creencia de que deben exigirse responsabilidades penales por lo ocurrido. Robinson indic¨® que era necesario determinar la complicidad del Ej¨¦rcito indonesio en los cr¨ªmenes que se han cometido en Timor Oriental y aludi¨® a que ya existe cierta experiencia tras los casos de Bosnia y Kosovo.
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