Las desigualdades sociales tambi¨¦n matan
Si la mortalidad fuera en toda Espa?a como en las zonas m¨¢s ricas, cada a?o morir¨ªan 35.000 personas menos
Cuanta m¨¢s pobreza, m¨¢s enfermedad y tambi¨¦n m¨¢s muerte. Esto era algo conocido, pero no se hab¨ªa cuantificado. Un estudio publicado el mes de julio en la revista Journal of Epidemiology and Community Health cuantifica el n¨²mero de muertes que se producen en Espa?a a causa de las desigualdades sociales. La conclusi¨®n es la siguiente: si toda Espa?a tuviera el ¨ªndice de mortalidad que registra el 20% de las zonas m¨¢s ricas, cada a?o se producir¨ªan 35.090 muertes menos. O dicho en otros t¨¦rminos: el exceso de muertes en las zonas geogr¨¢ficas m¨¢s deprimidas representan m¨¢s del 10% de todas las muertes que se producen cada a?o en Espa?a. Unas muertes que, de no existir las diferencias sociales, no se producir¨ªan.
"?stas son muertes tan evitables como las de los accidentes laborales o del tabaco". As¨ª de contundente es el autor del estudio, el epidemi¨®logo Joan Benach, del departamento de Ciencias Experimentales y Salud (Unidad de Salud Laboral) de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. "Se ha dicho siempre que la pobreza afecta a la salud. Aunque la pobreza es la parte m¨¢s visible, lo que sobre todo afecta a la salud es la desigualdad social. Es cierto que el mayor n¨²mero de muertes evitables se da entre los m¨¢s pobres, pero lo relevante es que se produce un gradiente en toda la escala social, de modo que el n¨²mero de muertes evitables disminuye conforme el grupo analizado tiene mejor posici¨®n". O dicho de otro modo, tambi¨¦n en palabras de Benach: "Personas sin necesidades materiales importantes y sin especiales riesgos para la salud mueren antes y enferman m¨¢s que aqu¨¦llas situadas inmediatamente por encima en la escala social".Para calcular el exceso de mortalidad, Benach ha dividido Espa?a en 2.220 ¨¢reas geogr¨¢ficas y las ha clasificado seg¨²n cuatro par¨¢metros sociales: paro, analfabetismo, hacinamiento en la vivienda y clase social. A continuaci¨®n ha tomado como referencia la mortalidad del 20% de las ¨¢reas geogr¨¢ficas situadas en la mejor posici¨®n y la ha comparado con la mortalidad del resto, dividido tambi¨¦n en grupos del 20% agrupados de mayor a menor posici¨®n social. El resultado es que si el ¨ªndice de mortalidad del 20% m¨¢s rico se diera en el 80% restante, cada a?o se producir¨ªan en Espa?a 35.090 muertes menos. "Es decir, unos cuatro muertos menos cada hora", apostilla Benach.
Mayores de 65 a?os
De las 35.090 muertes evitables, 26.030 corresponden a personas mayores de 65 a?os, que es el colectivo donde se concentran algunas de las bolsas de pobreza m¨¢s agudas, un dato a tener en cuenta en el actual debate sobre la necesidad de aumentar las pensiones m¨¢s bajas.Por ¨¢reas geogr¨¢ficas se observa una clara tendencia al aumento de la mortalidad conforme se avanza hacia el sur y hacia el oeste de la Pen¨ªnsula. Las comunidades de Andaluc¨ªa y Extremadura, que suman una quinta parte de la poblaci¨®n espa?ola, acumulan sin embargo un tercio del exceso de muertes por desigualdades sociales. Pero no es casualidad. Andaluc¨ªa, con el 18% de la poblaci¨®n, tiene un tercio de los desempleados y de los analfabetos que hay en Espa?a.
Los peores indicadores sociales tienden a concentrarse en las comunidades aut¨®nomas de Extremadura, Andaluc¨ªa, Canarias, Castilla-La Mancha (en este caso, sobre todo, en las provincias de Toledo, Ciudad Real y Albacete), adem¨¢s de Ceuta y Melilla. Curiosamente, si se analiza la distribuci¨®n geogr¨¢fica de la mortalidad por sexos, se observan algunas diferencias. Por ejemplo, que en Asturias hay algunas bolsas de exceso de mortalidad entre los m¨¢s j¨®venes, que coinciden con las ¨¢reas mineras m¨¢s deprimidas. Y Valencia tiene zonas con ¨ªndices de mortalidad en las personas de m¨¢s edad muy superiores a los que les corresponder¨ªa por situaci¨®n econ¨®mica, un aspecto inquietante que, seg¨²n Benach, deber¨ªa ser m¨¢s estudiado.
El informe de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (SESPAS) de 1995 comparaba las desigualdades en mortalidad en los varones de 30 a 64 a?os en ocho provincias y conclu¨ªa que la mortalidad era superior entre los trabajadores manuales que entre los profesionales y directivos de empresa. La comparaci¨®n entre el periodo 1980-82 y el de 1988-90 revel¨® que la diferencia en estos grupos no s¨®lo no disminu¨ªa, sino que hab¨ªa aumentado.
Diferentes estudios han revelado a escala internacional que las desigualdades sociales y econ¨®micas, lejos de mitigarse, est¨¢n aumentando. ?Aumentan tambi¨¦n en Espa?a? "En los a?os ochenta, tienden a reducirse, pero a principios de los noventa se rompe la tendencia y se observa un incremento de la pobreza y de las desigualdades", indica Benach.
Una investigaci¨®n de Rosa Mar¨ªa Urbanos, de la Universidad Complutense de Madrid, indica que en 1995, en la clase social m¨¢s alta, el porcentaje de personas que manifestaba tener una salud deficiente era del 27%, mientras que en la clase m¨¢s baja era del 40%. La comisi¨®n de expertos que en 1996 analiz¨® las desigualdades sociales en salud por encargo del Ministerio de Sanidad observ¨® una tendencia al aumento de las desigualdades en las comunidades m¨¢s pobres. Concretamente, entre 1987 y 1993, las diferencias se hab¨ªan reducido en las comunidades con una renta igual o superior a la media espa?ola, y, en cambio, hab¨ªan aumentado en las que la ten¨ªan inferior.
La esperanza de vida al nacer es un indicador al que los epidemi¨®logos prestan una gran atenci¨®n. Su estrecha vinculaci¨®n con la situaci¨®n socio-econ¨®mica se ha puesto pat¨¦ticamente de manifiesto en los pa¨ªses del este del Europa, donde ha disminuido en los ¨²ltimos a?os a causa de la crisis social que atraviesan.
"En un pa¨ªs pobre, aumentar la riqueza media comporta un aumento de la esperanza de vida, pero en un pa¨ªs rico, lo que la incrementa es una distribuci¨®n m¨¢s igualitaria de la riqueza", afirma Joan Benach. "Por ejemplo, Jap¨®n, el pa¨ªs que tiene la mayor esperanza de vida, es el que presenta menos diferencia entre el 20% de poblaci¨®n m¨¢s rica y el 20% de poblaci¨®n m¨¢s pobre. En el polo opuesto podr¨ªamos situar a Estados Unidos. No son los pa¨ªses ricos quienes tienen mejores indicadores de salud, sino los m¨¢s igualitarios".
En el contexto de la Uni¨®n Europea (UE), Espa?a es un pa¨ªs relativamente pobre con grandes desigualdades sociales. El nivel de renta espa?ola no llega al 80% del promedio de la UE, pero provincias como Girona sobrepasan de largo ese promedio, mientras otras como Badajoz apenas alcanzan el 50%. Seg¨²n el informe de la SESPAS de 1998, el promedio de esperanza de vida al nacer es en Espa?a de 74,6 a?os en los hombres y de 80,7 en las mujeres. Pero tambi¨¦n aqu¨ª se observan desigualdades, que alcanzan hasta seis a?os de vida y que siguen el mismo patr¨®n de distribuci¨®n geogr¨¢fica que la mortalidad. En los hombres, por ejemplo, la menor esperanza de vida al nacer (menos de 72 a?os) se observa en la zona occidental de Andaluc¨ªa, Extremadura y algunas zonas de Asturias y Galicia.
Tabaco
Los factores que influyen en las desigualdades de salud son m¨²ltiples y complejos. Aparte de las carencias en el medio laboral o ambiental, las privaciones nutricionales y las carencias en los cuidados personales que puede comportar la falta de recursos econ¨®micos suficientes, hay otros factores muy relacionados con los niveles de instrucci¨®n y la cultura. Por ejemplo, entre los pobres hay m¨¢s c¨¢ncer de pulm¨®n debido a que el tabaquismo aumenta entre los hombres conforme se desciende en la escala social. Lo mismo ocurre respecto del consumo abusivo de alcohol. O con el sobrepeso, sobre todo en el caso de las mujeres.Lo cual indica que los m¨¢s pobres se benefician menos de las campa?as de prevenci¨®n. Por ejemplo, antes s¨®lo fumaban las mujeres de buena posici¨®n. Ahora ¨¦stas est¨¢n dejando de fumar, pero aumenta el tabaquismo en las capas menos privilegiadas. La obesidad era antes una dolencia de ricos, vinculada al exceso de alimentaci¨®n. Ahora, los mayores ¨ªndices de obesidad en Estados Unidos se da en la poblaci¨®n pobre, especialmente entre los afroamericanos, por una mala alimentaci¨®n. En Espa?a, el estudio de Rosa Mar¨ªa Urbanos con datos de 1995 revela que en las capas altas, el porcentaje de personas con sobrepeso es del 5%, mientras que en las m¨¢s bajas es del 11%, es decir, m¨¢s del doble.
Un aspecto positivo es que la frecuencia de la utilizaci¨®n de la red sanitaria no muestra en los ¨²ltimos a?os desigualdades seg¨²n la clase social y el nivel educativo, lo cual indica que el sistema sanitario p¨²blico es un important¨ªsimo factor de redistribuci¨®n. Sin embargo, s¨ª se observan diferencias en el acceso a los servicios sanitarios. Las personas de las clases sociales y ¨¢reas geogr¨¢ficas m¨¢s deprimidas utilizan menos los recursos de salud preventiva y sufren mayores demoras en el acceso al diagn¨®stico.
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