Un empresario crea un 'ej¨¦rcito' para liberar a su hermano en Grozni
, Mus¨¢ Kel¨ªgov tuvo que dejar durante casi un a?o su cargo de vicepresidente de la petrolera Lukoil International para organizar un grupo armado y declarar la guerra a un comandante checheno que hab¨ªa secuestrado a su hermano Mogamed. ?ste, que ten¨ªa una gasolinera en la ciudad ingush de Malgobek y que por razones de negocios sol¨ªa ir a Grozni, fue capturado el 15 de septiembre de 1998 en la capital chechena.Durante tres meses, los secuestradores callaron. La hija de Magomed, de 16 a?os, no pudo soportar la separaci¨®n y muri¨® de un ataque al coraz¨®n. A partir de ese momento los Kel¨ªgov trataron como asesinos a los secuestradores. Cuando llegaron los intermediarios con la noticia de que deb¨ªan pagar el equivalente a 800 millones de pesetas, los Kel¨ªgov juraron que no dar¨ªan nada.
Mus¨¢, que combati¨® en Afganist¨¢n, reuni¨® a 86 familiares y parti¨® hacia Chechenia. "All¨ª compr¨¦ todo lo que se necesita para una guerra y comenc¨¦ a entrenar a mi destacamento", cuenta. Cuando averigu¨® que su hermano estaba en manos de Rizv¨¢n Var¨¢yev, general checheno y uno de los emires wahab¨ªes, comenz¨® a perseguirle, pero ¨¦ste se escond¨ªa en los bosques.
En julio logr¨® tenderle una emboscada en Ur¨²s Mart¨¢n, centro de los wahab¨ªes chechenos. Cuando aparecieron los tres autom¨®viles de los secuestradores, los Kel¨ªgov atacaron el segundo, donde sab¨ªan que iba Rizv¨¢n.
?ste cay¨® prisionero y su hermano pereci¨®. Mus¨¢ se puso de acuerdo para cambiar a Rizv¨¢n por Magomed. "Pero una hora antes del intercambio, lo mat¨¦. Despu¨¦s, el comandante de los bandidos vino a mi jeep para ultimar los detalles. Le puse la pistola en la sien, le mostr¨¦ el cad¨¢ver de su jefe y le dije: "Rizv¨¢n est¨¢ muerto. Si no ordenas que traigan a mi hermano de inmediato, t¨² yacer¨¢s a su lado". Tom¨® la radio y dijo: "Todo est¨¢ bien. Traigan a Magomed". Tuvieron miedo de perseguirnos y ah¨ª termin¨® todo", relata Mus¨¢.
El empresario piensa enviar a Ur¨²s Mart¨¢n decenas de ejemplares del diario Kommersant, donde narra su historia. "Que lean. Que sepan lo que les espera".
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