Visto y no visto

Llegaron en dos grupos. Primero una veintena de escapados y, minutos despu¨¦s, el grueso del pelot¨®n, seguido de un goteo de rezagados. Todos embalados. Visto y no visto. Los aficionados y los curiosos que acuden a presenciar las llegadas de las grandes carreras ciclistas por etapas apenas si ven a sus principales protagonistas. Y ayer, cuando la Vuelta Ciclista a Espa?a lleg¨® a Valencia, no fue una excepci¨®n. Realmente, se ve mucho mejor por televisi¨®n. Una hora antes de la conclusi¨®n de la decimoquinta etapa, cientos de aficionados se agolpaban en la zona de meta, instalada junto a la Ciudad de las Ciencias. El montaje es espectacular. Enormes camiones de las firmas patrocinadoras, adem¨¢s de las instalaciones de la organizaci¨®n, jalonan los ¨²ltimos 500 metros de la carrera. Interminables vallas con carteles publicitarios protegen las calles por las que han de pasar los ciclistas. Poco despu¨¦s de la llegada se desmonta todo y se traslada al siguiente final de etapa. As¨ª durante 21 d¨ªas. En la Vuelta, como en el Giro o en el Tour, el gran espect¨¢culo siempre va por delante de los ciclistas, cuya arribada es precedida por la de una colorista caravana publicitaria que los responsables de la megafon¨ªa en meta van anunciando a los espectadores. ?stos quedan deslumbrados por esos coches, furgonetas y motos, siempre cubiertos de publicidad, que pasan ante sus ojos, por esas azafatas, siempre cortas de ropa, que se pasean con paraguas o que regalan gorras y cosas por el estilo. Poco despu¨¦s, los ciclistas pasan como una exhalaci¨®n, y sanseacab¨®. Muchos ni siquiera se enteran de qui¨¦n ha ganado. Quien s¨ª se enter¨® ayer fue Carlos Checa. El piloto catal¨¢n, que particip¨® el domingo en la prueba reina de los 500cc del gran premio del Mundial de motociclismo celebrado en el nuevo circuito de Cheste, acudi¨® a presenciar el final de la etapa desde el cami¨®n vip de Telef¨®nica. La compa?¨ªa hab¨ªa invitado a diversas personalidades. El hasta hace unos meses director general de Deportes de la Generalitat, Jos¨¦ Emilio Cervera, ahora alto ejecutivo de la empresa, ejerc¨ªa de anfitri¨®n. All¨ª se reuni¨® una variada fauna que inclu¨ªa a pol¨ªticos y deportistas, adem¨¢s de un ej¨¦rcito de azafatas vestidas con los nuevos colores de la compa?¨ªa, que es una de las patrocinadoras de la ronda ciclista espa?ola. En un ambiente distendido, Miquel Dom¨ªnguez, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, que acudi¨® con sus compa?eros Ram¨®n Isidro y Rafael Ripoll, se?alaba hacia las antiguas naves fabriles que a¨²n pueblan esa gran zona de expansi¨®n de la ciudad por la que ayer discurrieron los ciclistas. "Son mis poderes", dec¨ªa el edil, que hab¨ªa visto frustrado su intento de permanecer en el espacio delimitado por las vallas y reservado a los ciclistas, comisarios de carrera y dem¨¢s personal de la meta. Y eso que, con las oscuras gafas de sol que llevaba, parec¨ªa un aut¨¦ntico comisario de polic¨ªa. Carlos Checa, por su parte, coment¨® las visicitudes de la lluviosa carrera del domingo -"Ya podr¨ªa haber salido este sol", se lamentaba-, y alab¨® el circuito de Cheste, aunque propuso modificar la chicane para hacerla m¨¢s r¨¢pida y propiciar una mejor entrada en en el curv¨®n, "que es la curva m¨¢s bonita del circuito", adem¨¢s de eliminar las l¨ªneas blancas, que se convierten en una trampa cuando llueve.