La OTAN preve¨ªa los "da?os colaterales"
La Alianza elabor¨® informes en los que detallaba las previsibles v¨ªctimas civiles de sus bombardeos a Yugoslavia
Antes de que los cazas estadounidenses bombardearan, a finales de abril, el edificio de 23 pisos de Belgrado que hac¨ªa las veces de cuartel general del partido socialista los estrategas de la OTAN describieron los riesgos en un documento que entregaron al presidente de EEUU, Bill Clinton; al de Francia, Jacques Chirac, y al primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair. Junto a una fotograf¨ªa, el texto rezaba: "Da?os colaterales: tres edificios en el radio de la explosi¨®n. V¨ªctimas aproximadas: 50-100 empleados del Gobierno o del partido. V¨ªctimas civiles: 250". A primera vista, la OTAN sab¨ªa que morir¨ªan unas 350 personas, la mayor¨ªa civiles.Uno de los mitos de la guerra es que las decisiones se tomaban por consenso. Esto es falso. Las decisiones importantes reca¨ªan en tres pa¨ªses: Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Y s¨®lo uno de ellos, Francia, adopt¨® de manera regular una actitud esc¨¦ptica. Los pol¨ªticos se fueron comprometiendo en la selecci¨®n de objetivos y los estrategas de la OTAN les ofrec¨ªan de forma rutinaria los c¨¢lculos de v¨ªctimas. En el fondo subyac¨ªa la duda entre los comandantes acerca de qu¨¦ doblegar¨ªa la voluntad de Milosevic.
La primera vez que Chirac se dio cuenta de lo r¨¢pido y lejos que hab¨ªa avanzado la campa?a a¨¦rea fue cuando vio c¨®mo se convert¨ªa en una bola de fuego el edificio del Ministerio del Interior, el 3 de abril, el d¨ªa 11 de los bombardeos. El presidente franc¨¦s solicit¨® una conversaci¨®n con Clinton para reconducir la estrategia, quien accedi¨® a que Chirac participara en la aprobaci¨®n de objetivos. El franc¨¦s pidi¨® acabar con los bombardeos sobre Montenegro, y Blair, que no participaran los B-52 con base en el Reino Unido. Todos, al un¨ªsono, decidieron eliminar los objetivos que causaran los mayores da?os a civiles. Para limar los desacuerdos, Washington cre¨® un "comit¨¦ de trabajo" con la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, y los ministros de Exteriores de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido. Las conferencias permitieron acabar con la aprensi¨®n italiana frente al incremento de los bombardeos y las dudas de los brit¨¢nicos sobre posteriores ataques que afectaron al suministro el¨¦ctrico de un hospital de Belgrado.
M¨¢s dif¨ªcil fue convencer al presidente Chirac de que accediera a bombardear Podgorica. En la segunda mitad de abril, el mando aliado fue informado de que la artiller¨ªa yugoslava bombardeaba el norte de Albania desde Montenegro. La OTAN decidi¨® acabar con la base a¨¦rea de Podgorica con el argumento de que Milosevic usaba la neutralidad de Montegro como escudo. "Fue duro", dijo el general Hug Shelton, jefe del Estado Mayor de EEUU,con respecto a las negociaciones con Francia, "pero la persistencia los agot¨®, y creo que comprendieron las cosas de la misma manera que nosotros".
Cuando los pol¨ªticos expresaron p¨²blicamente sus dudas sobre los bombardeos, los 19 delegados del Consejo Antl¨¢ntico, el comit¨¦ de defensa de la Alianza, cedieron a su secretario general, Javier Solana, todas las decisiones sensibles sobre los bombardeos. Solana, a su vez, se dej¨® guiar por EEUU, Reino Unido y Francia. Con Clinton a la cabeza, los dirigentes de la OTAN detuvieron las presiones brit¨¢nicas para invadir Kosovo. Pero tomaron dos decisiones durante el 50? aniversario de la Alianza: destruir las propiedades de Milosevic y golpear objetivos que afectaron a un gran n¨²mero de civiles: la televisi¨®n, los transportes y el suministro de agua y electricidad. Mientras, se aseguraba de que ninguna de las declaraciones p¨²blicas -a veces atrevidas- de los 19 pa¨ªses se convertieran en verdaderos obst¨¢culos en las reuniones del Consejo en Bruselas.
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