Clinton demanda a las tabacaleras para que reembolsen al Estado el gasto sanitario

El Gobierno federal de EE UU cumpli¨® ayer la amenaza efectuada el pasado enero por el presidente Bill Clinton y present¨® una demanda contra las compa?¨ªas tabacaleras, exigi¨¦ndoles una indemnizaci¨®n por los miles de millones de d¨®lares de gastos sanitarios provocados por el consumo de cigarrillos. En su demanda, presentada por el departamento de Justicia, el Gobierno denuncia que las tabacaleras han conspirado durante a?os para ocultar al p¨²blico los peligros de los cigarrillos. La Casa Blanca entra as¨ª directamente en la batalla legal contra las tabacaleras.

Hasta ahora, ese combate, aunque alentado moral y pol¨ªticamente por Clinton y Gore, hab¨ªa sido llevado directamente por particulares, organizaciones laborales, las ciudades y los Estados.En su demanda, el Gobierno de EE UU invoca la ley federal contra la extorsi¨®n, creada en principio para combatir a los grupos mafiosos. "Durante los ¨²ltimos 45 a?os, las compa?¨ªas que manufacturan y venden tabaco han practicado una campa?a intencionada y coordinada para mentir y defraudar", declar¨® ayer Janet Reno, fiscal general de EE UU, al presentar la demanda. "Esa campa?a ilegal, cuyo objetivo es mantener los beneficios cualquiera que sea el costo en vidas humanas, sufrimientos y recursos m¨¦dicos, ha tenido efectos devastadores", a?adi¨®.

El Gobierno no precisa en su demanda el montante de la indemnizaci¨®n que reclama. Lo har¨¢ en una fase posterior del proceso y puede ser de decenas de miles de millones de d¨®lares. Es una compensaci¨®n a los contribuyentes norteamericanos por el dinero gastado por el Gobierno de Washington en los gastos m¨¦dicos y sanitarios provocados por enfermedades relacionadas con el tabaquismo entre sus empleados y trabajadores civiles y militares, y entre los jubilados del sistema Medicare que cobran pensiones federales. La Casa Blanca estima que esos gastos se elevan a unos 20.000 millones de d¨®lares anuales (3,2 billones de pesetas).

La industria tabacalera intent¨® minimizar el impacto de la noticia. "No creemos que haya bases para esa demanda y anticipamos que los tribunales la rechazar¨¢n", declar¨® Tommy Payne, vicepresidente de R. J. Reynolds Tobacco. Pero las fuentes jur¨ªdicas citadas por The Washington Post, el diario que anticip¨® la noticia, creen que la invocaci¨®n de la ley contra la extorsi¨®n es un nuevo y muy grave desaf¨ªo para las tabacaleras. Acuerdo extrajudicial

El pasado noviembre, el sector tabacalero estadounidense y los 40 Estados que le demandaban colectivamente llegaron a un acuerdo extrajudicial. Seg¨²n ese acuerdo, la industria se compromete a pagar m¨¢s de 240.000 millones de d¨®lares a lo largo de 25 a?os, a retirar su publicidad de las v¨ªas p¨²blicas y limitar su patrocinio de acontecimientos deportivos. Pero Clinton nunca ha estado satisfecho con ese acuerdo. La Casa Blanca intent¨® el pasado a?o que el Congreso aprobara una legislaci¨®n federal contra las tabacaleras, que incrementaba la fiscalidad de las cajetillas y prohib¨ªa casi toda su publicidad. Pero esa iniciativa se estrell¨® con la firme oposici¨®n de la mayor¨ªa republicana en el Senado.

Clinton, no obstante, no dio por perdida su batalla y, en su discurso sobre el Estado de la Uni¨®n del pasado enero, anticip¨® la posibilidad de una demanda espec¨ªfica del Gobierno federal. La Casa Blanca, dijo ayer Gregory Little, de Philip Morris, el principal fabricante, est¨¢ "intentando imponer por la v¨ªa de los tribunales las tasas que no logr¨® establecer en el Congreso".

Los fumadores del Estado de Florida consiguieron el pasado julio una hist¨®rica victoria judicial frente a los fabricantes de cigarrillos. En la primera acci¨®n colectiva de fumadores, el jurado decidi¨® que las tabacaleras deb¨ªan indemnizar con m¨¢s de 200.000 millones de d¨®lares a los 500.000 habitantes de Florida que afirman estar enfermos a causa del tabaco. Pero el pasado 3 de septiembre, un tribunal de Apelaci¨®n sentenci¨® que las indemnizaciones no pueden ser colectivas, sino que deben ser concedidas caso por caso. El asunto no est¨¢ cerrado.