Clinton veta el recorte de impuestos aprobado por el Congreso
Los jardines de la Casa Blanca fueron ayer el escenario de una escena ins¨®lita retransmitida en directo por la televisi¨®n de EEUU: Bill Clinton vet¨®, con pompa y solemnidad, la ley de recorte de impuestos por un total de 792.000 millones de d¨®lares (12,2 billones de pesetas) aprobada en agosto por el Congreso. Clinton estamp¨® su firma en el veto con la seguridad de saber que la mayor¨ªa de sus compatriotas aprobaban su gesto.
Aunque a¨²n m¨¢s contrarios a los impuestos que la mayor¨ªa de los pueblos del planeta, los estadounidenses esta vez no se sienten atra¨ªdos por la propuesta de rebaja de la presi¨®n fiscal de la mayor¨ªa republicana del Congreso. Con pleno empleo, inflaci¨®n bajo control, fiebre consumista y visi¨®n optimista del futuro, la mayor¨ªa de los estadounidenses coincide con Clinton en que lo mejor es aprovechar el super¨¢vit presupuestario para asegurar el futuro de los sistemas p¨²blicos de pensiones de jubilaci¨®n y de asistencia m¨¦dica y sanitaria a la tercera edad. Al rubricar el 26? veto de su presidencia a una iniciativa del poder legislativo, Clinton tambi¨¦n estableci¨® como objetivo la reducci¨®n de la enorme deuda p¨²blica norteamericana. Clinton no descart¨® conceder un respiro fiscal a los contribuyentes, pero siempre y cuando "el pa¨ªs pueda permit¨ªrselo". El presidente inst¨® a la mayor¨ªa republicana del Congreso a presentarle antes de final de a?o otra propuesta de reducci¨®n de impuestos, que refleje "las prioridades de los dos partidos y los valores del pueblo".No por esperado el veto presidencial provoc¨® menos protestas republicanas. "Clinton se ha otorgado licencia para gastar lo que quiera", dijo el republicano Bill Archer, presidente del Comit¨¦ de Presupuestos de la C¨¢mara de Representantes. "Este presidente", prosigui¨®, "ha vuelto a colocar los intereses de Washington por encima de los del pueblo estadounidense".
El recorte habr¨ªa sido el mayor en EEUU desde el adoptado en 1981 bajo la presidencia de Ronald Reagan. Pero si en aquel momento exist¨ªa un clamor en el pa¨ªs a favor de una disminuci¨®n de la presi¨®n fiscal, los nueve a?os consecutivos de prosperidad econ¨®mica que vive ahora Estados Unidos han colocado este asunto en un segundo plano.
M¨¢s de la mitad de los encuestados cree que la rebaja de la presi¨®n fiscal propuesta por los republicanos beneficiar¨ªa esencialmente a las rentas m¨¢s altas y se pronuncia por aprovechar el periodo de vacas gordas presupuestarias para reducir la deuda nacional y consolidar el escueto sistema estadounidense de protecci¨®n social. Al Gore, vicepresidente y principal aspirante dem¨®crata a las elecciones presidenciales del a?o 2000, se declar¨® la pasada semana totalmente en contra de un recorte de impuestos en estos momentos.
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