Las tabacaleras se niegan a pactar con Clinton y le retan a probar ante el juez que conspiraron
La industria del tabaco reaccion¨® ayer de forma agresiva a la demanda presentada por el Gobierno de EEUU, posiblemente el litigio de mayor envergadura al que se han enfrentado las tabacaleras. Todas las grandes compa?¨ªas anunciaron su nula disposici¨®n a negociar un acuerdo extrajudicial para frenar la demanda y su confianza en que la Justicia desestimar¨¢ la pretensi¨®n del Gobierno de Bill Clinton de recuperar el dinero federal gastado en el tratamiento de los efectos del tabaquismo. La mayor¨ªa republicana del Congreso, fiel al lobby de los fabricantes, har¨¢ lo posible por bloquear la demanda.El principal fabricante mundial de tabaco, Philip Morris, fue el primero en descartar toda posibilidad de acuerdo extrajudicial similar al que pactaron los fabricantes con los gobiernos de 46 estados en noviembre del a?o pasado. Seg¨²n esta compa?¨ªa, la demanda est¨¢ "pol¨ªticamente motivada" y no favorece a nadie: "Pondremos en marcha una defensa vigorosa y no negociaremos un acuerdo. Estamos seguros de que este caso debe ser desestimado".
El trasfondo pol¨ªtico estaba tambi¨¦n en el comunicado de la empresa Brown & Williamson Tobacco: "La demanda es un intento c¨ªnico de usar los tribunales por inter¨¦s pol¨ªtico. Confiamos en que los tribunales comprueben que esta demanda no tiene ning¨²n sentido", asegur¨® en un comunicado. Esta compa?¨ªa fue todav¨ªa m¨¢s expl¨ªcita y provocadora al acusar al Gobierno de usar esta demanda para distraer la atenci¨®n p¨²blica de dos asuntos espinosos: la investigaci¨®n sobre el asalto del FBI al recinto de una secta en Waco (Tejas) y la clemencia de Clinton con 16 nacionalistas puertorrique?os.
La iniciativa legal del Gobierno tambi¨¦n ha recibido la cr¨ªtica inmediata de varias asociaciones empresariales y, como era previsible, de los congresistas republicanos, receptores del grueso de las donaciones pol¨ªticas de la industria del tabaco.
La C¨¢mara de Comercio de EE UU acus¨® al Ejecutivo federal de querer imponer en los tribunales lo que le ha negado el Congreso. Seg¨²n Bruce Josten, vicepresidente de la C¨¢mara de Empresarios, "ning¨²n negocio puede sentirse seguro si el enorme poder del Departamento de Justicia puede caer sobre ¨¦l con el prop¨®sito de aumentar los ingresos p¨²blicos y ganar puntos pol¨ªticos".
Los republicanos tambi¨¦n acusan a Clinton de emplear los tribunales como instrumento de regulaci¨®n, y tienen una herramienta perfecta para frenar la demanda: negar los fondos p¨²blicos para la investigaci¨®n del Departamento de Justicia. Lo hizo en verano y tratar¨¢ de volver a hacerlo cuando llegue al Congreso la primera petici¨®n de fondos de ese departamento, concretamente 20 millones de d¨®lares (3.200 millones de pesetas). En alguna ocasi¨®n Clinton ha mostrado su confianza en poder recaudar esa cantidad en los huecos que deja el presupuesto en caso de que el Congreso se niegue a pagar la factura.
El m¨¢s firme candidato republicano a la presidencia, George W. Bush, tambi¨¦n critic¨® la demanda y asegur¨® que confiaba en que "la era de los grandes gobiernos no fuera suplantada por la era de las grandes demandas".
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