Coro de aprobaciones de la clase pol¨ªtica italiana a la absoluci¨®n de Andreotti
La sentencia suscita la pol¨¦mica sobre la figura del "arrepentido" en los procesos judiciales
El anciano estadista democristiano Giulio Andreotti sabore¨® ayer el protagonismo p¨²blico de otros tiempos, tras la decisi¨®n del tribunal de Perusa que le absolvi¨® de ser el inspirador del asesinato, hace 20 a?os, del periodista Mino Pecorelli. La sentencia ha sido acogida, como era previsible, con entusiasmo en sectores de la ex DC y del centro-derecha, pero ha cosechado, sorprendentemente, escasas cr¨ªticas de la izquierda. Cardenales, pol¨ªticos, empresarios y periodistas colmaron de atenciones al hombre que manej¨® durante m¨¢s de 40 a?os los hilos del poder pol¨ªtico.
El propio Andreotti reconoci¨® ayer haber recibido infinidad de llamadas de felicitaci¨®n, procedentes de las m¨¢s altas instancias del pa¨ªs, incluida la del presidente de la Rep¨²blica italiana, Carlo Azeglio Ciampi. Alg¨²n peri¨®dico italiano calific¨® el fen¨®meno ir¨®nicamente como "la beatificaci¨®n de Belceb¨²".A la vista de las reacciones suscitadas por la sentencia que pone fin al "juicio del siglo", cabr¨ªa pensar que la Italia institucional ha decidido cerrar con la m¨¢xima discreci¨®n la larga etapa de Tangentopoli -el fen¨®meno de corrupci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica desmantelado en los a?os noventa por los jueces de la Operaci¨®n Manos Limpias- y del proceso a la vieja clase dirigente de la Primera Rep¨²blica.
Andreotti regresa, si bien ya sin poder alguno, a la escena nacional completamente rehabilitado y con la ¨²nica inquietud de lo que pueda depararle el proceso de Palermo por presunta pertenencia "estructural" a la Mafia siciliana, que ya est¨¢ listo para sentencia. Otro juicio basado, como el que concluy¨® el viernes en Perusa, en la declaraci¨®n de un arrepentido, en este caso, el mafioso Balduccio Di Maggio, que en marzo de 1993 asegur¨® que Andreotti era un hombre clave para Cosa Nostra, y que en la capital de Sicilia el entonces primer ministro italiano visit¨® y bes¨® incluso al padrino Salvatore Toto Ri¨ªna.
Si la confesi¨®n del primer gran arrepentido de Cosa Nostra, Tommaso Buscetta, base del juicio de Perusa, no ha convencido al tribunal, es dif¨ªcil que la de Di Maggio tenga m¨¢s ¨¦xito. Aun as¨ª, como ayer se apresur¨® a recalcar el ministro de Justicia, el comunista Oliviero Diliberto, "la sentencia de Perugia no pone en entredicho el papel de los arrepentidos. Porque no se trata de una cuesti¨®n metaf¨ªsica. Hay arrepentidos y arrepentidos y es cometido de los jueces distinguir entre la solvencia de unos y otros".
Por supuesto, Andreotti, que el viernes por la noche "celebr¨®" su absoluci¨®n con una aparici¨®n ante las c¨¢maras de televisi¨®n en un programa pol¨ªtico de m¨¢xima audiencia, no rechaz¨® tampoco el papel de los arrepentidos, sobre el que se ha basado toda la llamada "estaci¨®n de Tangentopoli".
"Yo no quiero demonizar a los arrepentidos", dijo el siete veces primer ministro de Italia, "Son ¨²tiles pero hay que estar muy atentos". E indudablemente, para el senador vitalicio que acogi¨® sin inmutarse, con su proverbial frialdad, la sentencia absolutoria, Tommaso Buscetta y Balduccio Di Maggio son de los "menos recomendables".
El coro de aprobaciones y de felicitaciones por una sentencia que abre de nuevo el caso Pecorelli, fue apenas roto por un juicio moderadamente cr¨ªtico del l¨ªder del Partido de Refundaci¨®n Comunista, Fausto Bertinotti, quien subray¨® que la decisi¨®n del Tribunal de Perusa, "deja abierto el juicio pol¨ªtico sobre la DC y de su relaci¨®n con el Estado, sus estructuras e incluso con los poderes ocultos".
Raz¨®n de Estado
Tambi¨¦n Umberto Bossi, l¨ªder de la federaci¨®n separatista Liga Norte, se distanci¨® de la complacencia general para declarar lac¨®nico: "Ha triunfado la raz¨®n de Estado". La absoluci¨®n de Andreotti, el hombre que ha manejado los hilos del poder italiano durante m¨¢s de cuarenta a?os -entre los m¨¢s turbios de las historia de este pa¨ªs-, ha sido interpretada en la prensa italiana como una especie de amnist¨ªa a toda una clase dirigente que ha dejado de ser ya una amenaza para la nueva Italia.
Aun as¨ª, alguna pluma de la vieja izquierda, como la del periodista Giorgio Bocca, se alz¨® en el diario La Repubblica para lamentar la absoluci¨®n. "Creemos que el sistema de poder pol¨ªtico y econ¨®mico que entr¨® en crisis con Tangentopoli hab¨ªa personificado inmediatamente en ¨¦l un s¨ªmbolo que hab¨ªa que defender, o al menos justificar a toda costa. Y esto s¨ª que es parte de nuestra historia, una parte vergonzosa".
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