"La Europa de hoy recuerda el siglo IX"
El periodista estadounidense Robert D. Kaplan no se considera, ni mucho menos, un visionario, pero lleva unos cuantos a?os dando en el clavo. Sus libros Fantasmas balc¨¢nicos y Viaje a los confines de la tierra, en los que mezcla el periodismo con la literatura de viajes y la historia, vendieron cientos de miles de ejemplares en EEUU (una repercusi¨®n que lleg¨® hasta la Casa Blanca, ya que el suyo fue el primer libro que Clinton ley¨® sobre la crisis en la antigua Yugoslavia). La clave est¨¢ en que habl¨® antes que nadie de lugares que, al poco tiempo, pasaron a ocupar las primeras p¨¢ginas de la prensa mundial, y tambi¨¦n en que Kaplan no es un escritor que tenga la costumbre de meter debajo de la alfombra los problemas que descubre. En su ¨²ltimo libro, Viaje al futuro del imperio. La transformaci¨®n de Norteam¨¦rica en el siglo XXI, tambi¨¦n publicado en Espa?a en la colecci¨®n Grandes Viajeros de Ediciones B, ha decidido centrarse en su propio pa¨ªs, casi con la mirada de un extranjero, ya que, a sus 48 a?os, ha pasado dos d¨¦cadas como corresponsal en el extranjero y otra viajando por todo el mundo, primero como freelance y posteriormente como enviado de The Atlantic Monthly. Entre los muchos temas que Kaplan pone sobre la mesa en esta extensa obra, para cuya redacci¨®n recorri¨® una parte de M¨¦xico, el sur y el oeste de EEUU, con un salto a Canad¨¢, est¨¢ la p¨¦rdida de poder por parte del Estado federal frente a gigantescas megal¨®polis. "Es un proceso gradual, que se prolongar¨¢ a lo largo de d¨¦cadas. Pero es evidente que se est¨¢ produciendo un debilitamiento de las capitales federales frente a las grandes metr¨®polis, que son aut¨¦nticos estados en miniatura, con su propia econom¨ªa, su propia pol¨ªtica comercial", asegur¨® Kaplan en una entrevista realizada ayer en Madrid, adonde viaj¨® para presentar su libro. Y este proceso tendr¨¢ tambi¨¦n su reflejo en Europa. "El crecimiento de la Uni¨®n Europea, de la burocracia, el lanzamiento del euro, forma parte de la globalizaci¨®n. Aqu¨ª tambi¨¦n el Estado naci¨®n est¨¢ perdiendo mucha fuerza. En Europa est¨¢n emergiendo peque?as regiones dentro de los pa¨ªses, cuyo poder aumenta. La descentralizaci¨®n de Espa?a es un ejemplo muy claro. La Europa actual cada vez se parece m¨¢s al mapa del siglo IX. Si miras un mapa de la ¨¦poca de Carlomagno, ves una secci¨®n al noroeste de ciudades pr¨®speras, poderosas y ricas, que se llaman La Haya, Bruselas, Maastricht, Estrasburgo, que son las ciudades que actualmente tienen el poder".
Uno de los temas que Kaplan trata m¨¢s ampliamente en su Viaje al futuro del imperio es la frontera, los miles de kil¨®metros que separan y unen M¨¦xico y Estados Unidos, un territorio que es el crisol donde se funden muchos de los problemas que padece la naci¨®n m¨¢s poderosa de la tierra (el tr¨¢fico de drogas, la emigraci¨®n ilegal, la econom¨ªa sumergida). "En el futuro de EEUU, M¨¦xico es un factor fundamental. La poblaci¨®n de M¨¦xico est¨¢ creciendo de forma mucho m¨¢s r¨¢pida que la estadounidense. Adem¨¢s, es mucho m¨¢s joven, con lo que van a contar cada vez con m¨¢s personas que emigrar¨¢n al Norte para trabajar". En cuanto al tr¨¢fico de drogas, Kaplan no tiene pelos en la lengua. "No hay un tema m¨¢s delicado en EEUU que las drogas: nadie quiere hablar de ello. En Washington, todo el mundo est¨¢ en contra de las drogas, pero ¨¦se no es el problema. La econom¨ªa de las drogas es algo enorme. Tratar este problema s¨®lo como algo ilegal es equivocarse totalmente. Las drogas simbolizan la parte m¨¢s exitosa del libre comercio en Norteam¨¦rica al final del siglo XX. El tr¨¢fico es una de las econom¨ªas m¨¢s fuertes de Norteam¨¦rica. Las drogas son tambi¨¦n un ejemplo del ¨¦xito del capitalismo. No todas las formas de capitalismo tienen que ser buenas. Es un mercado totalmente libre. Y hay muchas ciudades en el sur de EEUU que viven en parte gracias al dinero l¨ªquido procedente de la droga. Viene gente con mucho dinero que gasta en esas ciudades, contribuyendo as¨ª a la econom¨ªa del pa¨ªs".
Otro de los temas que surgen inevitablemente cuando se habla del futuro de Estados Unidos es la convivencia entre las cada vez m¨¢s numerosas etnias que habitan en ese territorio. Sin embargo, en ese terreno, Kaplan se muestra optimista. "Lo que hace que los problemas ¨¦tnicos en EEUU sean menos importantes que, por ejemplo, en los Balcanes es que la etnicidad no va unida al territorio. Todos los mexicanos no viven en el mismo lugar, ni los jud¨ªos o los cat¨®licos. Est¨¢n repartidos por territorios muy diversos. Salvo en el caso de los indios, que s¨ª tienen su propio territorio. Y eso no va a desestabilizar el pa¨ªs porque representan s¨®lo un 1% de la poblaci¨®n". Como el resto de sus libros, este ¨²ltimo est¨¢ basado en un largo trabajo sobre el terreno, mezclado con un profundo conocimiento de la historia. Al principio de Fantasmas balc¨¢nicos hay una cita de la escritora brit¨¢nica Rebecca West que resume su concepci¨®n del periodismo: "Vine a Yugoslavia a ver lo que la Historia significa en carne y en sangre". "El periodismo deber¨ªa seguir esta consigna. Porque el mejor periodismo es escribir historia instant¨¢nea. Un periodista tiene que asumir que muchas cosas han pasado antes de su llegada a un lugar, tiene que saber que lo que escribe es s¨®lo un cap¨ªtulo de una historia mucho m¨¢s amplia. Conocer los primeros cap¨ªtulos hace que tenga mucha m¨¢s profundidad. Desgraciadamente, ahora hay mucho periodismo que no tiene en cuenta la Historia".
Aquel libro, escrito a finales de los ochenta y principios de los noventa, lo convirti¨® en uno de los periodistas m¨¢s famosos de su pa¨ªs, pero tambi¨¦n le dio quebraderos de cabeza. El actual embajador de EEUU en la ONU y antiguo mediador para los Balcanes, Richard Hoolbroke, lo acus¨® de haber influido de forma decisiva en la pasividad americana frente a la crisis yugoslava. "Tuve que sacar una nueva edici¨®n para explicar todo ese l¨ªo. ?ste es un libro que habla muy poco de Bosnia. En 1993, cuando Clinton lleg¨® a la presidencia, no sab¨ªa nada de pol¨ªtica exterior y menos de los Balcanes. Alguien le dijo que leyese este libro y lo hizo. Es verdad que da una impresi¨®n bastante pesimista, y Clinton lleg¨® a la conclusi¨®n de que no hab¨ªa nada que hacer all¨ª, que nadie podr¨ªa parar los odios. Es un lugar con tantos problemas que no podemos hacer nada, pens¨®. Un presidente m¨¢s maduro en asuntos exteriores no hubiese llegado a esta conclusi¨®n, porque en los lugares sin problemas no se interviene. Clinton al principio de su presidencia era inmaduro, hab¨ªa pasado su vida adulta preocupado por la imperfecci¨®n de la sociedad estadounidense".
Kaplan asegura que no tiene ninguna f¨®rmula m¨¢gica para llegar el primero a los lugares que luego van a ocupar los titulares. Pero no falla: la pasada primavera estuvo en el C¨¢ucaso, porque est¨¢ preparando un nuevo libro sobre el Gran Oriente Medio. "El periodismo siempre se est¨¢ moviendo. Hoy es Timor, ma?ana ser¨¢ otro sitio. Cuando estuve en el C¨¢ucaso, todo el mundo hablaba de que Daguest¨¢n iba a estallar; pero los rusos no hab¨ªan empezado a bombardear. Para ver el futuro hay que olvidarse de los titulares, porque lo que est¨¢ en los titulares es lo que ya ha pasado. Para descubrir lo que ser¨¢n los titulares dentro de seis meses hay que ir a lugares donde nada est¨¢ pasando, pero en los que est¨¢n coincidiendo muchos factores cruciales. Si lo ¨²nico que se hace es perseguir los titulares, siempre se estar¨¢ detr¨¢s de la noticia".
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