Miedo al vac¨ªo
Estoy convencido de que, en contra de lo que se cree, la gran aportaci¨®n de Andaluc¨ªa a la cultura popular espa?ola del final del milenio no es el toro de Osborne. Nuestro m¨¢s importante tributo lo constituyen las mu?ecas de Mar¨ªn, ese industrial chiclanero que fabricaba pre-barbies flamencas con las que miles de espa?oles cubrieron sus televisores en aquellos tiempos de racionamiento audiovisual en blanco y negro. En un pa¨ªs tan barroco como el nuestro, en el que el minimalismo es considerado una excentricidad -si no, una dolencia-, el vac¨ªo contin¨²a identific¨¢ndose con la pobreza. Gracias a ello, se han hecho buenos negocios: desde el propio mu?equero Mar¨ªn -por no cambiar de ejemplo- hasta esas empresas publicitarias que llenan nuestras ciudades de chirimbolos y paneles. Sin duda, el concejal del ¨¢rea de Cultura, Turismo y Deportes del Ayuntamiento de Granada, el andalucista Jes¨²s Valenzuela, comparte ese mismo esp¨ªritu. Su pluriempleo municipal es ya un s¨ªntoma de su miedo al vac¨ªo. Por la amplitud de sus atribuciones, su correligionario Pedro Pacheco ha dicho que m¨¢s que un ¨¢rea, Valenzuela dirige una hect¨¢rea. Pues bien, a este hombre la Alhambra de Granada, el monumento m¨¢s visitado de Espa?a, debe de parecerle falto de atractivos. Y, a pesar de que lo que se pretende es justamente limitar las visitas para evitar su deterioro, Jes¨²s Valenzuela ha tenido una idea: hacer en los palacios nazar¨ªes un espect¨¢culo nocturno en el que actores vestidos "de ¨¦poca" fueran "reviviendo la historia". Valenzuela considera que la puesta en pr¨¢ctica de su idea ser¨ªa "impactante". Al concejal andalucista quiz¨¢ le haya influido aquel espect¨¢culo audiovisual, no menos impactante, con el que su correligionario Alejandro Rojas-Marcos, de la mano de Almutamid, la Ni?a de los Peines y hasta del mism¨ªsimo H¨¦rcules, ped¨ªa el voto para las ¨²ltimas elecciones municipales. La iniciativa hist¨®rico-recreativa del concejal granadino no es la ¨²nica idea alumbrada en los ¨²ltimos tiempos con la finalidad de darle algo de vidilla a la Alhambra. Quiz¨¢ porque consideraba que los palacios nazar¨ªes carec¨ªan de atractivos suficientes para competir con centros tur¨ªsticos europeos de la escala de Eurodisney, el anterior alcalde, Gabriel D¨ªaz Berbel, alent¨® todo tipo de iniciativas: desde imaginativas formas de acceder a la Alhambra -ascensores, escaleras, mec¨¢nicas, funiculares...-, hasta un espect¨¢culo de luz y sonido que hubiera aterrado a la avifauna del lugar, pasando por visitas en helic¨®ptero capaces de convertir tan apacible rinc¨®n en un remedo de Apocalypse now. Como se ve, la alianza entre PSOE, IU y PA que gobierna ahora Granada tampoco carece de iniciativas. Algunas son tan pintorescas como la del concejal Valenzuela. Otras son, simplemente, herencias voluntariamente asumidas del anterior gobierno municipal: como la ampliaci¨®n del cementerio que puede terminar ahogando el entorno de la Alhambra. A lo largo de su historia, la Alhambra ha sobrevivido al extremado clima del lugar, a terremotos, guerras y a todo tipo de saqueos. ?Lograr¨¢ sobrevivir tambi¨¦n a las brillantes ideas de los ediles granadinos?
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