Un dineral

"Un dineral" se dec¨ªa antes, cuando el teatro era rico (relativamente), como profec¨ªa de unas obras en las que se ve¨ªa al p¨²blico satisfecho, risue?o (o inquieto, o interesado: metido en la obra) y se imaginaba uno los llenos que iban a continuar al estreno. "Un dineral", pensaba yo viendo el espect¨¢culo, sobre todo a las gentes, en el Alc¨¢zar. Pensaba en otras cosas, o evocaba otras cosas, mientras o¨ªa las canciones que se prodigan (m¨¢s de cincuenta) en las casi tres horas de espect¨¢culo: en Enrique Llovet (y Carmen Baeza), autor de Yo te dir¨¦...; en ese mismo escenario donde se estrenaron algunas, y, claro, en Celia. De cuando una persona me ense?aba "Tengo una vaca lechera" en ¨¢rabe ("Andi"l bakra hal"-laba"), o cuando otra se emocionaba al o¨ªr ese bolero, o el tintero arrojado sobre Rita Hayworth; o en primeras radios de casa. Y en Bobby Deglann¨¦, y en Mat¨ªas Prats... Y aquel d¨ªa en que... Ve¨ªa desde mi estatura en la butaca las cabecitas blancas, o calvas, o te?idas, o salidas de la peluquer¨ªa para ir al teatro, que estaban recordando y evocando cada una sus mil cosas.Llevaban el comp¨¢s, a veces canturreaban en voz muy bajita... Ten¨ªan muchas ventajas sobre m¨ª: una, que sus memorias son limpias, mientras que yo trabajo con ellas; otra, que se deslumbraban por el espect¨¢culo y encontraban que la presentaci¨®n era lujosa, y los trajes un primor, y la construcci¨®n del espect¨¢culo un encanto, y los actores unos extraordianarios cantantes y bailarines. Lo dec¨ªan, se les o¨ªa en las pausas y en el descanso. Y yo profetizaba entonces, y lo escribo ahora, "Un dineral", como se dec¨ªa entonces, en ese mismo teatro, con Celia o con otras, otros. "Un r¨ªo de oro", para los m¨¢s exagerados. Ojal¨¢. Lo deseo siempre en cada estreno; en ¨¦ste, lo presiento. Me alegro: m¨¢s que por la econom¨ªa de los empresarios y por la supervivencia de quienes lo trabajan, que ya es importante, por lo bien que lo van a pasar todas esas personas que pueden reconstruir su tiempo y sus vidas, sus amores y sus buenos a?os, mejores incluso de como fueron en realidad, en su butaca.