Solana deja la OTAN tras cinco a?os de cambios radicales en la Alianza
Javier Solana deja hoy la OTAN tras casi un quinquenio como secretario general. Estos cinco a?os, definidos por su l¨ªder saliente como "los m¨¢s intensos en la historia de la Alianza", han transformado la organizaci¨®n aliada de forma radical. Hoy es m¨¢s agresiva, se ha abierto a los pa¨ªses de Europa del Este, trata a Rusia como un socio y no como un enemigo e intenta concretar el desarrollo de una identidad europea de defensa que no da?e las relaciones estrat¨¦gicas con Estados Unidos.
Solana deja hoy la OTAN, que el pr¨®ximo 14 de este mes ser¨¢ liderada por el actual ministro de Defensa del Reino Unido, George Robertson. Tras unos d¨ªas de descanso, el secretario general saliente ocupar¨¢ en la sede del Consejo de Ministros de la Uni¨®n Europea su nuevo despacho. Con el cargo aparentemente burocr¨¢tico de secretario general del Consejo, Javier Solana est¨¢ llamado a convertirse en el rostro p¨²blico de la pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n de la UE, la llamada PESC.La OTAN que hered¨® Javier Solana en diciembre de 1995 y la que ahora lega a Robertson son dos instituciones muy diferentes. La nueva OTAN es m¨¢s agresiva. M¨¢s agresiva en la teor¨ªa, tras aprobar en la cumbre de Washington de la pasada primavera el llamado Nuevo Concepto Estrat¨¦gico, por el que los aliados se han otorgado a s¨ª mismos el derecho a intervenir por la fuerza, sin el apoyo expl¨ªcito del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en defensa de sus intereses en la zona euroatl¨¢ntica. Y m¨¢s agresiva en la pr¨¢ctica, tras las intervenciones en Bosnia (bajo el paraguas directo de Naciones Unidas) y, sobre todo, en Kosovo.
Kosovo ha marcado el tramo final de la gesti¨®n de Solana. Su gran m¨¦rito no ha sido ni el de empezar la guerra (una decisi¨®n, ante todo, de los 19 aliados) ni el de ganarla, sino el de mantener la cohesi¨®n interna de unos aliados con intereses muy contrapuestos. Su capacidad para forjar y mantener consensos ha sido la virtud m¨¢s alabada en el secretario general saliente. Ser¨¢ la m¨¢s apreciada tambi¨¦n en su nuevo destino.
Si Kosovo ha marcado la ¨²ltima y m¨¢s pol¨¦mica etapa de Solana, Rusia y Europa del Este centraron los primeros a?os. El acuerdo OTAN-Rusia de 1997 es el hito que m¨¢s satisface a Javier Solana. "El mejor recuerdo que me llevo es el de los periodistas a la puerta de mi residencia cuando regresaba de firmar el acuerdo en Mosc¨² y el aplauso que me dedicaron pocas horas despu¨¦s los embajadores aliados", recordaba Javier Solana en estos d¨ªas de constantes despedidas.
Rusia y Europa del Este han marcado la vida de Solana. Durante su gesti¨®n, la OTAN se ha asociado con 28 pa¨ªses de Europa del Este en la Asociaci¨®n para la Paz y se ha ampliado con el ingreso como nuevos aliados de pleno derecho de Polonia, Hungr¨ªa y la Rep¨²blica Checa.
Completar ese trabajo a trav¨¦s del desarrollo del Pacto de Estabilidad para los Balcanes ser¨¢ una de las tareas del futuro secretario general aliado, lord Robertson. Pero, sobre todo, profundizar en un aspecto que con Solana ha empezado a desarrollarse: la identidad europea de defensa. Robertson y Solana deber¨¢n colaborar entre s¨ª en ese objetivo com¨²n: crear una defensa europea sin romper la OTAN y sin afectar a las relaciones con Estados Unidos. Lo que Solana llama "desarrollar la S de la PESC".
No es la ¨²nica tarea de Robertson, que deber¨¢ aplicar lo que con Solana se aprob¨®: la nueva estructura militar de una OTAN m¨¢s pendiente de intervenciones concretas fuera de su territorio que de la defensa de sus aliados. Una nueva OTAN m¨¢s agresiva que defensiva.
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