"Small is beautiful" FRANCESC DE CARRERAS
Tres partidos menores en el panorama pol¨ªtico catal¨¢n no aspiran a ganar pero s¨ª a gobernar: el Partido Popular, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya. El PP no es, precisamente, un partido secundario: es el partido que actualmente gobierna en Espa?a. Sin embargo, en la vida pol¨ªtica de Catalu?a ocupa, hasta ahora, un espacio limitado. ERC, por su parte, no es en la actualidad ni la legendaria Esquerra de Maci¨¤ y Companys ni el casposo partido de la transici¨®n encabezado por Heribert Barrera: desde principios de esta d¨¦cada, es un nuevo partido en proceso de renovaci¨®n que a¨²n no ha llegado a encontrar su perfil definitivo. IC, por ¨²ltimo, tambi¨¦n es en la actualidad un partido en plena transici¨®n, mezcla de antiguos psuqueros, nacionalistas "de izquierdas" y j¨®venes de ideolog¨ªa verde: su porvenir, en estos momentos, es incierto. Ninguno de los tres tiene la opci¨®n de ganar, pero cualquiera de ellos puede ser decisivo tras las elecciones: de ah¨ª su importancia.El actual PP de Catalu?a es un partido muy peculiar que, tras numerosos bandazos, se ha reforzado en los a?os noventa. Defenestrado, tras el pacto Pujol-Aznar, un l¨ªder de recia personalidad como es Vidal-Quadras, su actual secretario general, Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, se maneja muy bien como joven pol¨ªtico populista -su actuaci¨®n en el reciente debate televisivo fue excelente- y ha mantenido una posici¨®n pol¨ªtica muy semejante a la de aqu¨¦l, pero con menor carisma y un estilo muy distinto. Actualmente, el punto fuerte del PP catal¨¢n es el prestigio, en determinados sectores, del Gobierno de Aznar y la capacidad que, bas¨¢ndose en ¨¦l, puede tener para moderar los excesos nacionalistas de un futuro Gobierno de Pujol. Por otra parte, la debilidad del PP estriba en que parte de su potencial electorado conservador, que en las elecciones generales posiblemente le votar¨¢, opte en esta ocasi¨®n por el voto ¨²til a Pujol si las encuestas de este fin de semana siguen manteniendo una situaci¨®n de empate t¨¦cnico con Maragall.
La pol¨¦mica "equidistancia" entre CiU y el PSC que mantiene la ERC de Carod Rovira es, muy posiblemente, la ¨²nica posici¨®n realista ante estas complejas elecciones. En efecto, en ning¨²n pa¨ªs caben dos partidos nacionalistas fuertes. Con la boca peque?a -incluso muy peque?a- los actuales dirigentes de Esquerra han manifestado que ellos no son nacionalistas, sino simplemente independentistas. El nacionalismo, lo saben bien, es incompatible con las ideas democr¨¢ticas. Tal mensaje, sin embargo, no es todav¨ªa comprendido por sus fieles votantes, que en su gran mayor¨ªa se definen ¨²nicamente como nacionalistas catalanes, m¨¢s all¨¢ de derechas e izquierdas. La "equidistancia" -que no es m¨¢s que ambig¨¹idad- permite a Carod y los suyos una c¨®moda indefinici¨®n. Pero esta comodidad puede tornarse f¨¢cilmente incomprensi¨®n por parte de muchos potenciales votantes. Los sectores m¨¢s conservadores pueden inclinarse por el voto seguro a un Pujol que no alberga la menor duda nacionalista. Los sectores sinceramente de izquierdas pueden optar por el voto a Maragall al considerar que es el ¨²nico que garantiza un cambio. En pol¨ªtica es peligroso querer una cosa y, a la vez, su contraria: son muchos los que no lo entienden.
IC se encuentra en una situaci¨®n l¨ªmite y su ¨²ltimo giro al presentarse coligado con los socialistas en Tarragona, Lleida y Girona es una jugada arriesgada, especialmente por las repercusiones que pueda tener en Barcelona. No cabe ninguna duda de que el partido de Rib¨® no hubiera obtenido ning¨²n diputado en las circunscripciones a las que ha renunciado a presentarse en solitario. Pero al incluirse en las listas de Maragall puede producir el efecto colateral de dar una imagen de dependencia que induzca a parte de sus habituales votantes de Barcelona a depositar la papeleta socialista como voto m¨¢s ¨²til. Si el partido mismo ha considerado ¨²til renunciar a presentarse en solitario en tres circunscripciones, quiz¨¢ lo m¨¢s ¨²til sea tambi¨¦n votar socialista en la cuarta. El riesgo existe, pero ser¨ªa una pena echar a perder un partido que ha dado pruebas m¨¢s que sobradas de honestidad, de denunciar como nadie los casos de corrupci¨®n, y que tiene un experto l¨ªder que demostr¨®, una vez m¨¢s, su gran habilidad dial¨¦ctica hace pocos d¨ªas en el ¨²ltimo debate televisado.
Estos tres partidos saben que no ganar¨¢n, pero saben tambi¨¦n que no habr¨¢ mayor¨ªas absolutas, posiblemente tampoco mayor¨ªas suficientes y que el concurso de alguno de ellos puede resultar decisivo para elegir nuevo presidente de la Generalitat. Una vez m¨¢s, small is beautiful.
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