Los actores piden una ley que proteja sus derechos de imagen
Concluye en Madrid un foro sobre la propiedad intelectual
En el F¨®rum Internacional sobre Interpretaciones Audiovisuales, que concluy¨® ayer en Madrid, se han debatido algunos de los principales problemas que aquejan a los artistas audiovisuales tanto en el cobro de sus derechos de propiedad intelectual como en los derechos morales sobre su propia imagen. El foro, convocado por la AIGSE (Actores Int¨¦rpretes Sociedad de Gesti¨®n), convoc¨® tambi¨¦n a juristas y representantes de entidades de gesti¨®n de derechos de actores de Am¨¦rica, Asia y Europa.
Desde que en 1987 se incluy¨® a los actores entre los beneficiarios de la ley de propiedad intelectual en Espa?a, el debate sobre los derechos de los artistas audiovisuales (actores y bailarines) ha ido precisando una serie de ideas. La figura del actor como creador intelectual es algo que ya pocos rechazan. "El actor, si bien no crea una obra audiovisual, crea una interpretaci¨®n art¨ªstica, que conduce a la creaci¨®n de un personaje que se integra en una obra definitiva resultado de diversas aportaciones y, como tal, ha de ser merecedor de una protecci¨®n especial desde el ¨¢mbito de la propiedad intelectual", record¨® la actriz italiana Anna Galiena, participante en el foro.La creaci¨®n de una sociedad de gesti¨®n encargada del cobro de esos derechos surge en Espa?a en 1990, y ha realizado una labor informativa primero, y luego ejecutiva, entre los propios artistas y entre los usuarios (televisiones, medios de transporte, hoteles, etc¨¦tera) de las obras audiovisuales, que son quienes deben pagar un porcentaje por los derechos de imagen de esos actores derivado de la utilizaci¨®n de copias de los audiovisuales en los que intervienen. "No hay cuotas o porcentajes fijos en este sentido y en cada caso hemos tenido que negociar", explica el actor Juan Polanco, director de AIGSE. "Lo que s¨ª tenemos claro es que ser¨ªa imposible cobrar los derechos individualmente y por eso se hace de forma colectiva, es decir, que por cada copia se cobra un porcentaje colectivo que nosotros repartimos despu¨¦s entre todos los actores, salvo un 20% que se reparte entre el departamento promocional y el asistencial, para complementos de pensiones".
"Nosotros recaudamos aqu¨ª tambi¨¦n los derechos extranjeros que luego enviamos a las entidades de gesti¨®n correspondientes. La nuestra es una de las leyes m¨¢s avanzadas del mundo en ese sentido, pero eso mismo es un problema porque tiene que armonizarse con la de otros pa¨ªses para que pueda subsistir. Nadie est¨¢ dispuesto a pagar en un pa¨ªs si puede dejar de hacerlo en el pa¨ªs vecino".
En los ¨²ltimos a?os el avance de las nuevas tecnolog¨ªas ha complicado a¨²n m¨¢s estos asuntos y la velocidad a la que se desarrollan ha hecho urgente la soluci¨®n de muchos de los problemas que se plantean a los artistas. La Organizaci¨®n Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que tambi¨¦n ha colaborado en la organizaci¨®n de este foro, tiene prevista en noviembre una reuni¨®n internacional en Ginebra para tratar de avanzar en la regulaci¨®n de ciertos aspectos.
Uno de los que present¨® en el foro la actriz Assumpta Serna es el contractual. "El ejercicio de determinados derechos de forma individual por el propio actor, negociando qu¨¦ utilizaciones o actos de explotaci¨®n autoriza y las remuneraciones que recibir¨¢ a cambio, no es, aunque deber¨ªa serlo en la mayor¨ªa de las ocasiones, la plasmaci¨®n del fruto de un acuerdo que respete los derechos intelectuales de los artistas. Esto indica la necesidad de normas y leyes nacionales e internacionales que fijen soluciones equilibradas a modo de derechos y obligaciones para ambas partes".
Anna Galiena se?al¨® otro punto vulnerable. "De todos los que intervienen en una obra audiovisual el actor es el ¨²nico que, adem¨¢s de su creaci¨®n interpretativa presta tambi¨¦n su propia imagen. Por un lado, las tecnolog¨ªas digitales permiten la manipulaci¨®n de esa imagen y su explotaci¨®n. Por otro, la fragmentaci¨®n de esas obras para su uso publicitario tambi¨¦n vulnera nuestros derechos. Hace falta una legislaci¨®n que nos proteja".
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