Vicente Soto mete a 10 poetas grandes por los cantes de ida y vuelta
El cantaor publica "Entre dos mundos", su d¨¦cimo disco, que produce su hermano Jos¨¦
Ya ha cantado a Fernando Pessoa y a Jos¨¦ Bergam¨ªn, pero Vicente Soto Sordera (Jerez, 1952) ha ido un poco m¨¢s lejos en su ¨²ltimo y d¨¦cimo disco, Entre dos mundos (Fonomusic). Aqu¨ª hay poemas de Unamuno, Mart¨ª, Valle Incl¨¢n, Rub¨¦n Dar¨ªo, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Alfonso Reyes, Jos¨¦ Asunci¨®n Silva, Manuel y Antonio Machado y Pedro Lessa; y suenan por colombianas, punto cubano, milonga o rumbas, en un viaje literario por los cantes de ida y vuelta: "Con un punto comercial, pero sin perder la ra¨ªz m¨ªa, la del comp¨¢s", dice.
Esta tarde, a las 20.00, Vicente Soto presenta Entre dos mundos en la Casa de Am¨¦rica de Madrid. All¨ª naci¨®, tras un recital del mismo t¨ªtulo, la idea de este disco diferente, m¨¢s comercial que otros suyos, en el que le acompa?an a la guitarra Enrique de Melchor, Mora¨ªto Chico, El Paquete, J. M. Molero y M. Parrilla. El cantaor explica as¨ª el cambio: "Tengo hecha ya mi discograf¨ªa cl¨¢sica, y ha llegado el momento de buscar otras cosas. Como mi primo Jos¨¦ Merc¨¦, estoy muy orgulloso de ser oficial de primera despu¨¦s de haber sido aprendiz, de haber subido los escalones muy despacio. Pero creo que tengo derecho a buscar mi camino personal, a sonar como yo soy".Sordera lleva el mismo apodo que su padre, Don Manuel Soto, gloria del cante jerezano, pero desde los 14 a?os, cuando empez¨® a trabajar en los cuadros de los tablaos madrile?os, ha querido ser ¨¦l mismo, ha buscado su identidad. Lo ha hecho despacio, sin estridencias ni pelotazos.
Antolog¨ªas
Primero aprendi¨® el libro entero del flamenco cl¨¢sico, escuchando a los sabios (Caracol, Mairena...), y ech¨® a volar solo. Grab¨® sus antolog¨ªas (incluido el tr¨ªptico C¨¢diz, Jerez, Sevilla) y luego, en compa?¨ªa de su amigo el escritor Pedro Atienza, se meti¨® en la senda de los poetas. Pessoa, Bergam¨ªn, y ahora diez poetas de ida y vuelta, cinco de aqu¨ª y cinco de all¨¢. "Para demostrar que el flamenco est¨¢ a la altura de la mejor poes¨ªa".Entre dos mundos ofrece varios s¨ªntomas de que Vicente Soto est¨¢ hecho como cantaor: destaca sobre todo su comp¨¢s, el ritmo, una herencia de la estirpe Sordera muy acentuada en el mayor de los siete hermanos, que estudi¨® y toc¨® la guitarra hasta que Diego Carrasco le llev¨® de cantaor a Barcelona en el a?o 70. Adem¨¢s, hay un sabor propio: Sordera canta los estilos de ida y vuelta a su manera. Su colombiana, su rumba o sus tanguillos son creaciones, no se parecen a otros. Y est¨¢, por fin, el sello Sorderita, que imprime la producci¨®n de su hermano Jos¨¦. "Ha estado siempre a mi vera, desde peque?o", explica Vicente; "y es mi alumno m¨¢s aventajado. Aunque le llevo seis o siete a?os, me ense?a mucho. ?l y mi cu?ado Ray Heredia fueron los verdaderos padres del nuevo flamenco... Y Jos¨¦ sabe dar el punto comercial a la m¨²sica con calidad mejor que yo".
?Pero puede o debe el flamenco llegar a ser comercial del todo? "Bueno, por lo menos ha dejado de ser el postre de los se?oritos, y eso est¨¢ bien. Pero de ah¨ª a cantar en auditorios muy grandes muchas veces al a?o hay una diferencia. Yo en eso soy como Curro Romero, un cantaor de 40 corridas al a?o. Tengo que sentirme a gusto y conseguir cantar para m¨ª. Es dif¨ªcil, pero a veces pasa".
En cuanto a la mezcla de poes¨ªa y flamenco, Vicente Soto explica que todo depende de c¨®mo le cuadren los textos: "Primero lo meto en la guitarra, y si veo que enaja, tiro para alante. Es curioso ver c¨®mo algunos poetas se acercan tanto al esp¨ªritu del flamenco, c¨®mo unos tienen la fuerza y la dureza necesaria y otros no". Se le ve feliz de haber cantado "a poetas tan ilustres y que nunca antes nadie hab¨ªa cantado". Por ejemplo, el Diario po¨¦tico de Unamuno, que mete por tanguillos. "Unamuno cre¨ªa que el flamenco era una m¨²sica barata, pero mira por d¨®nde, escrib¨ªa muy flamenco". Y como prueba, un bot¨®n: "Agranda la puerta, Padre, / porque no puedo pasar; / la hiciste para los ni?os, / yo he crecido a mi pesar".
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