El Bloc
MIGUEL ?NGEL VILLENA
Ahora o nunca. Eso han debido pensar las formaciones pol¨ªticas que han iniciado un proceso para convertir el Bloc Nacionalista Valenci¨¤ en un partido pol¨ªtico. Con el desolador panorama que dibujan un PSPV-PSOE sin br¨²jula y sumido en luchas tribales y una Esquerra Unida con el reloj parado en el comunismo de antes de la guerra, pocas ocasiones mejores se les presentar¨¢n a los nacionalistas de izquierda para obtener un esca?o en el Congreso. Sabedores de estas favorables circunstancias, los dirigentes del Bloc han pisado a fondo el acelerador para llegar unidos a la cita electoral de la pr¨®xima primavera. Con un pueblo detr¨¢s que no se caracteriza precisamente por su conciencia de pa¨ªs, el nacionalismo valenciano siempre ha llegado tarde y mal a los momentos hist¨®ricos. En el verano de 1936 la sublevaci¨®n franquista impidi¨® tramitar el Estatuto de Autonom¨ªa y en otro verano, el de 1977, otro Bloc se qued¨® a las puertas de lograr representaci¨®n parlamentaria. A partir de entonces, el nacionalismo progresista se reparti¨® entre socialistas y comunistas mientras las siglas valencianistas se hab¨ªan de conformar con ara?ar peque?as parcelas de poder municipal.
Condenado a desgastarse en pol¨¦micas ling¨¹¨ªsticas y recluido en un ambiente de profesores e ilustrados, el nacionalismo ha cruzado un desierto pol¨ªtico de dos d¨¦cadas al tiempo que intentaba apuntalar su fortaleza cultural en universidades, editoriales o artistas varios. Entretanto, avanzaba una derecha regional rancia que, a los sones del himno y del anticatalanismo, consegu¨ªa convertirse en la llamada voz valenciana en Madrid. Pero el mapa pol¨ªtico ha cambiado. Ahora o nunca, se repiten los militantes del Bloc y muchos simpatizantes en estas v¨ªsperas del Nou d"Octubre. De cualquier modo, los nacionalistas -pendientes tambi¨¦n de renovaci¨®n de caras- deben tener en cuenta que el perfil del candidato ser¨¢ decisivo. Las expectativas s¨®lo conceden un esca?o. Junto a la ideolog¨ªa, el factor humano influir¨¢ m¨¢s que nunca para que el nacionalismo se escuche en el Congreso.
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