"Guerra de las galaxias",cap¨ªtulo I
EE UU prueba con ¨¦xito un misil para interceptar misiles en el espacio a 6.800 kil¨®metros de distancia
A las 22.02 del pasado s¨¢bado 2 de octubre, hora de Washington (y del Pent¨¢gono), se puls¨® el bot¨®n que lanzaba hacia el Pac¨ªfico un misil bal¨ªstico intercontinental desde una base a¨¦rea militar en la costa de California. Exactamente 20 minutos despu¨¦s se puls¨® un bot¨®n similar en otra base estadounidense situada a 6.800 kil¨®metros de distancia en el atol¨®n Kwajalein de las Islas Marshal; se pon¨ªa en el aire un misil dise?ado para interceptar al primero.El misil lanzado desde California volaba hacia el Oeste a una velocidad de 6.400 kil¨®metros por hora; el misil de las islas Marshal volaba hacia el Este -hacia el misil californiano- a 22.400 kil¨®metros por hora. Los ingenieros militares de EEUU lograron que el primer misil fuera interceptado por el segundo en un lugar del cielo situado a 224 kil¨®metros por encima del nivel mar. Y en el Pent¨¢gono aplaudieron y brindaron.
El experimento militar sirvi¨® para bendecir el nacimiento de un prototipo que es la base del nuevo sistema de defensa nacional, el hermano pobre de la guerra de las galaxias ideada por Ronald Reagan. A comienzos de los ochenta el presidente republicano so?¨® con una red de sat¨¦lites capaz de emplear rayos l¨¢ser en la destrucci¨®n de misiles con cabezas nucleares lanzados por los enemigos. De aquel dise?o han desaparecido los rayos l¨¢ser y los enemigos de entonces. El nuevo plan ya no pretende proteger al pa¨ªs frente a una guerra total sino defenderlo ante la posible llegada de misiles espor¨¢dicos lanzados por terroristas o por los peque?os adversarios del fin de siglo que, seg¨²n la CIA, est¨¢n desarrollando misiles capaces de alcanzar EEUU: Corea del Norte, Ir¨¢n y Siria.
El primer experimento ha dado alas al Pent¨¢gono para pedir fondos al presidente para ponerlo en marcha en el 2005. Los republicanos llevan a?os pidiendo m¨¢s dinero para la defensa y m¨¢s innovaci¨®n en los sistemas militares; Clinton, entregado a la pol¨ªtica exterior en su ¨²ltima etapa presidencial, es consciente de que un programa de este tipo va a tensar la relaci¨®n con algunos Gobiernos. Rusia se ha opuesto siempre a renegociar el Tratado de Misiles Antibal¨ªsticos de 1972 y China no quiere que Taiwan est¨¦ protegido bajo el paraguas que ofrece el nuevo sistema de defensa de EEUU.
Los m¨¢s pesimistas creen que al impulsar este programa militar se iniciar¨¢ una nueva carrera armament¨ªstica con Mosc¨² y Pek¨ªn, sin olvidar que India y Pakist¨¢n tendr¨ªan una excusa perfecta para potenciar sus conocidas aspiraciones nucleares.
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