Canta y no llores, coraz¨®n

Tiene un suave no se qu¨¦, un cierto encanto Don Gil de Alcal¨¢, ¨®pera c¨®mica espa?ola ambientada en Veracruz (M¨¦xico), en la que conviven a sus anchas n¨²meros y temas de aqu¨ª y de all¨¢, desde un jarabe mexicano o una habanera hasta un brindis al vino de Jerez.La producci¨®n que ayer se volvi¨® a reponer en el Teatro de la Zarzuela es de hace 10 a?os y utiliza un formato de cuadros vivientes, juega con conceptos pict¨®ricos y evoca el tiempo detenido. No ha envejecido ni un ¨¢pice en esta d¨¦cada y sigue manteniendo un tono de elegancia, de amabilidad. Es una producci¨®n est¨¦tica y est¨¢tica, con sugerente escenograf¨ªa de Daniel Bianco, colorista vestuario de Pedro Moreno y una direcci¨®n de escena de Carlos Fern¨¢ndez de Castro, que se mueve m¨¢s a gusto en las composiciones de conjunto que en el movimiento o el detalle individual de los actores.

Del reparto de 1989 en Madrid, llevado inmediatamente a M¨¦xico DF, se mantienen ¨²nicamente Amalia Barrio como Maya y Emilio Garc¨ªa Carretero como maestro de ceremonias. Los dos est¨¢n estupendos en sus cometidos. Amalia Barrio canta, adem¨¢s, con Carmen Subrido (Ni?a Estrella) el momento m¨¢s esperado de la noche, la c¨¦lebre habanera Todas las ma?anitas..., resuelta con gusto y naturalidad por las dos cantantes y un poco apagada en la intervenci¨®n del coro. Fue bisada para mayor satisfacci¨®n de un p¨²blico entregado.

Frescura

Don Gil de Alcal¨¢ mantiene una gran frescura en los di¨¢logos y situaciones. Se apreci¨® gracias a una dicci¨®n cuidada en cantantes y actores. Pep¨ªn Salvador fue un Gobernador que recordaba en muchos momentos al inolvidable Jos¨¦ Isbert en el estilo de la declamaci¨®n.El reparto vocal funcion¨® individualmente y en conjunto. Destac¨® la joven pareja protagonista, formada por el tenor Jorge El¨ªas y la soprano Carmen Subrido, una pareja evidentemente feliz: ¨¦l, con empuje, maneras de tenor de antes, belleza de emisi¨®n; ella, con un sentido mel¨®dico lleno de intuici¨®n y precisi¨®n. Pero tambi¨¦n mostraron sobrados aciertos Federico Gallar (Don Diego), Manuel de Diego (Chamaco), Luis ?lvarez...

Jos¨¦ Luis Temes dirigi¨® con orden y correcci¨®n a la Orquesta de la Comunidad de Madrid. Le falt¨® quiz¨¢ un punto de br¨ªo, de expansi¨®n l¨ªrica, de emotividad. El coro tuvo una actuaci¨®n m¨¢s bien discreta.

Lo importante era, en cualquier caso, que la representaci¨®n flu¨ªa sin sobresaltos, y que en la conjunci¨®n musical-teatral sal¨ªan a flote continuamente las abundantes bellezas de la obra. Del teatro se sal¨ªa con la sonrisa en los labios y, con mayor o menor acierto, m¨¢s de uno tarareaba lo de "canta y no llores, coraz¨®n, no llores, ay", todo un indicador de que las cosas hab¨ªan salido como Dios manda.