No matemos la gallina J. J. P?REZ BENLLOCH
En Alicante se han celebrado esta semana unas jornadas sobre "Planificaci¨®n del turismo sostenible" y quiz¨¢ uno de estos d¨ªas se nos brinde la oportunidad de conocer el resultado de sus desvelos, sin duda util¨ªsimos para mentalizarnos todos en que si matamos la gallina -del medio ambiente- nos quedaremos sin huevos (con perd¨®n). Tampoco nos sorprender¨ªa que los estudiosos hubiesen llegado a la conclusi¨®n de que nuestro litoral es una Arcadia perfecta donde la felicidad y los dividendos est¨¢n garantizados de por los siglos de los siglos. No ser¨ªa el primero de los informes que dan franqu¨ªa para prolongar indefinidamente el actual modelo de desarrollo, tan rentable en t¨¦rminos individuales como imprevisor.Sin embargo, y muy al contrario de la prevenci¨®n anotada, estamos seguros de que los expertos aludidos son gente rigurosa, incapaz de vendernos una cabra con tal de alegrarle los t¨ªmpanos al sector inmobiliario. En tal supuesto, adem¨¢s de ilustrarnos con las cifras pertinentes sobre la poblaci¨®n asentada junto a la costa, los millones de visitantes y de pesetas que genera la conjunci¨®n de sol y playa, confiemos en que nos informen acerca de las amenazas que planean sobre ese espacio, los da?os irreversibles cometidos y la pol¨ªtica a seguir para que las generaciones futuras no hayan de contemplar y gozar ese paisaje como se disfruta una realidad virtual.
Me consta -y sigo en ello la pauta de un ecologista avezado- que, en materia medioambiental, no conviene diagnosticar en t¨¦rminos catastrofistas, por id¨®neos que nos parezcan. Si damos por perdido un paraje, siempre habr¨¢ un alcalde o un promotor que lo empeore. No obstante, tampoco se puede andar uno con pa?os calientes a la hora de juzgar la malversaci¨®n que se ha hecho del territorio valenciano, y muy especialmente de la franja costera, precisamente el muslito de la referida gallina. Y la maldici¨®n no cesa. Vis¨ªtese Torrevieja o Santa Pola para evaluar el desprop¨®sito o desm¨¢n urban¨ªstico, pi¨¦nsese en las 6.000 viviendas que se ofertar¨¢n en X¨¤bia, consideremos la indolencia o incompetencia con que se asiste a la abrasi¨®n y desmantelamiento de El Montg¨®, p¨²lsese el d¨¦ficit h¨ªdrico, por m¨¢s trasvases que se prometan, y etc¨¦tera, etc¨¦tera.
Sumemos a todo ello que este Pa¨ªs Valenciano es un pa?uelo del que queda muy poco espacio litoral por urbanizar, y del que nos queda no es todo ¨¦l aprovechable, ni mucho menos, a excepci¨®n de que se postule una cosm¨®polis entre La Cenia y el Segura. Un riesgo nada desde?able si tenemos en cuenta que el dichoso AVE nos convertir¨¢ en una prolongaci¨®n urbana de Vallecas y a ning¨²n individuo -inmigrantes aparte- se le puede impedir que instale aqu¨ª su primera o segunda residencia. En otras palabras, los mencionados expertos, comandados por el profesor Fernando Vera, no s¨®lo deber¨¢n diagnosticar las flaquezas que nos aquejan, sino pronosticar los males que nos pueden hundir en la miseria si no acertamos a prevenirlos y corregirlos.
Confieso que no soy muy optimista a este respecto. El mercado y la avidez, claves del desarrollo al liberal modo -y no se avizora otro-, dejan poco margen para la euforia. Prueba de ello es la morosidad con que se acomete la ordenaci¨®n territorial por parte de los poderes p¨²blicos, incluso los que gobiernan esta autonom¨ªa, que lisonjean de una fina sensibilidad tur¨ªstica. Esperemos que, ejecutado el plan de parques tem¨¢ticos, se pongan a la tarea de garantizar la sostenibilidad de este pejugal valenciano. Y para hacer boca bueno ser¨ªa que se avezasen a concluir el cat¨¢logo de humedales y parajes protegibles, no tanto para publicarlo en papel couch¨¦ y bellas fotos, sino para salvarlos realmente del allanamiento.
Anotemos, por ¨²ltimo, unas declaraciones de cierto alto funcionario, para quien los 50 kil¨®metros sin urbanizar en la Costa Blanca garantizan la pervivencia del sector tur¨ªstico en los pr¨®ximos cien a?os. As¨ª ser¨¢, pero al paso que vamos ni siquiera se quedar¨¢ calvo antes de comprobar por s¨ª mismo la intrepidez de su pron¨®stico. Igualito, igualito pensaban los pioneros de la especulaci¨®n playera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Las claves de la semana
- Pol¨ªtica tur¨ªstica
- Opini¨®n
- El Pa¨ªs
- Playas
- Pol¨ªtica urban¨ªstica
- Prisa Noticias
- Costas
- Comunidad Valenciana
- Espacios naturales
- Vivienda
- Grupo Prisa
- Prensa
- Desarrollo urbano
- Comunidades aut¨®nomas
- Turismo
- Grupo comunicaci¨®n
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Medios comunicaci¨®n
- Empresas
- Urbanismo
- Comunicaci¨®n
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Espa?a