Fern¨¢n-G¨®mez ironiza en un libro sobre los efectos de la vejez
Fernando Fern¨¢n-G¨®mez (Lima, 1921) ten¨ªa ayer el d¨ªa inspirado. Ataviado con una chaqueta de ojo de perdiz gris, de la que asomaba un pa?uelo rojo en el bolsillo, bast¨®n en mano, pantal¨®n y playeras grises, habl¨® de lo divino y lo humano, de su gran vocaci¨®n de escritor, de sus man¨ªas, de sus broncas, de su fama de gru?¨®n..., incluso ech¨® mano de su fina iron¨ªa para contestar pacientemente a preguntas planteadas por en¨¦sima vez.Empez¨® por aclarar que el libro que presentaba, Nosotros, los mayores (Temas de Hoy), era un encargo de la editorial. Despu¨¦s pas¨® a relatar qu¨¦ se pierde y qu¨¦ se gana con la vejez. "Se pierde la estima y la consideraci¨®n que los otros tienen de ti. Por lo dem¨¢s, si se trata de ver, me gustan mucho m¨¢s los j¨®venes que los viejos. Y f¨ªsicamente yo tengo una ventaja, como de joven era m¨¢s bien feo (entonces, envidiaba a Rabal) y nada musculado no me he estropeado con la edad. Y de joven estaba hecho un asco: ten¨ªa muchas anginas y hoy ni las siento, me dol¨ªa mucho la cabeza y ahora casi no tengo. Tanto en el aspecto f¨ªsico como mental, me siento igual que a los 30 a?os", declar¨®, a sus casi 80 a?os, el escritor, actor, acad¨¦mico y director.
A un periodista que le pregunt¨® si una desventaja de ser viejo es que el cuerpo no aguanta m¨¢s de dos whiskys, le dijo carcaje¨¢ndose: "Ya veo que usted quiere meterme en esa consideraci¨®n de alcoh¨®lico moderado, pero eso se lo dejo para usted, yo no lo soy. Lo que pasa es que antes frecuentaba locales nocturnos y cabar¨¦s y lo pasaba muy bien. En cambio, si ahora me quieren llevar a sitios parecidos no me gustar¨ªa porque no lo necesito. Ya lo dijo Cicer¨®n, que lo dijo todo: lamentarse por no tener lo que en realidad no se necesita es un error muy grave".
Un perro tonto
En Nosotros, los mayores, una mezcla de ensayo y art¨ªculos publicados en prensa, el autor de Las bicicletas son para el verano ironiza sobre la f¨®rmula de acogimiento de ancianos ("un sistema franc¨¦s introducido en Espa?a por los vascos"), de gran ¨¦xito hoy. "Si mi compa?era, Emma Cohen, me dice que si podemos acoger en casa a un viejo, le dir¨ªa: ?qu¨¦ viejo? Porque, claro, si es un amigo, bueno. Pero si es uno que lo ves andando por tu casa, sin conocerle de nada, y que se mete en tu ba?o, pues, la verdad, me parece absolutamente disparatado".
En el apartado de las man¨ªas, Fern¨¢n-G¨®mez explic¨® que tiene la suerte de no vivir en familia, "porque esas cosas se ven en los c¨ªrculos familiares". ?l s¨®lo vive con su compa?era, con una se?ora que les limpia la casa y con un perro, que encima le ha salido tonto. Y sobre su fama de cabrearse, asegur¨® que es cosa de la prensa. "Antes pod¨ªa saber que era intemperante, maleducado o grosero muy poca gente, pero ahora, con tantos medios de comunicaci¨®n, lo saben muchos. Pero, no tengo man¨ªas, eso preg¨²ntenselo a Emma". Ella, que le acompa?¨® al acto, respondi¨® que una de las gracias de su compa?ero es que si ten¨ªa alguna, el d¨ªa siguiente la cambiaba por otra.
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