Sonoridad flexible y resplandeciente
En la Sala Sinf¨®nica del Auditorio Nacional, la orquesta de la Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa, dirigida por el profesor Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Asensio, inaugur¨® anoche un nuevo curso. El acto se ofrec¨ªa a Argentaria como homenaje y reconocimiento por su continua ayuda y el sostenimiento de la c¨¢tedra de M¨²sica de C¨¢mara. Han transcurrido pocas semanas desde que los j¨®venes artistas de 15 pa¨ªses siguen las ense?anzas del centro, cuya bandera, aireada siempre por la fundadora-presidenta, Paloma O"Shea, lleva un lema: formar int¨¦rpretes de excelencia.Las exigencias, el cuadro de profesores, la proyecci¨®n exterior de las actividades, las disciplinas complementarias determinan un tono y un ambiente: el que fue aplaudido con calor en el trabajo de la Orquesta de C¨¢mara Freixenet, a la que su maestro, Garc¨ªa Asensio, imbuye desde el primer ensayo un principio: la creaci¨®n de un sonido transparente, como si de un solista se tratara, y, a la vez, una pr¨¢ctica virtuosista de alto porte. A partir de aqu¨ª viene todo lo dem¨¢s.
Orquesta de C¨¢mara de la Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa
Director: G. Asensio. Solista: D. Balan, violonchelista. Obras de Haendel, Bocherini y Britten. Auditorio Nacional.Madrid, 26 de octubre
Se explica, entonces, que los 32 instrumentistas presentados en este nuevo curso -29 discentes y 3 invitados- ofrecieran versiones de gran l¨ªnea, sonoridad flexible y resplandeciente, continuidad ejemplar e intenso legato, esto es, fluyente cantabilidad. El Concierto en sol menor de la opus 6, de Haendel, son¨® -266 a?os despu¨¦s- con el frescor de la fecha del estreno. A trav¨¦s de los diversos movimientos, la m¨²sica haendeliana muda de temperamento o significaci¨®n en tanto obedece a la unidad de conceptos t¨¦cnico-art¨ªsticos propios del esplendor barroco. Pero Haendel no se limit¨® a construir formas perfectas, sino, en el mismo grado, a comunicar con viva, reposada o melanc¨®lica serenidad expresiones de c¨¢lida humanidad. Operista y oratorista egregio, su m¨²sica meramente instrumental acusa cierta nostalgia de la voz y las pasiones que la mueven.
Despu¨¦s, nuestro Bocherini en el Concierto n¨²mero 2 en re mayor, escrito a comienzos de la d¨¦cada de 1760. Es una p¨¢gina m¨¢s cl¨¢sica y un poco menos galante que el c¨¦lebre Concierto en si bemol, pero de no menor belleza. Defendi¨® -podr¨ªamos escribir que enalteci¨®- la parte solista un violonchelista de 19 a?os, Dragos Alexandru Balan (Iasi, Rumania, 1980), a trav¨¦s de una limpieza t¨¦cnica, un sonido de gran impacto por s¨ª mismo y un anticipado criterio de madurez. Trabaja en la escuela con Frans Hemerson y es f¨¢cil augurarle una gran carrera.
En la segunda parte, las Variaciones sobre un tema de Frank Bridge, dedicadas por Britten en 1934 al que fuera su primer maestro, renovaron el saber y la inventiva propios del m¨²sico brit¨¢nico cuando ten¨ªa 24 a?os. Fue maestro de genio e ingenio Britten; orquestador que hace sonar el conjunto de arcos como si fuera una formaci¨®n sinf¨®nica y tenue poeta capaz de dotar de muy diversa fisonom¨ªa cada una de las variaciones sobre un motivo de los Idilios que Bridge compuso en 1906. Todo el concierto fue lecci¨®n recibida e impartida por los j¨®venes int¨¦rpretes y su prestigioso orientador y director, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Asensio, m¨²sico de finos quilates, como demostr¨® en los tres tramos estil¨ªsticos del programa y en las propinas a?adidas a un p¨²blico que ovacion¨® largamente al grupo, a su solista, a su director, al centro superior madrile?o y a cuantos lo respaldan.
Babelia
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