?vulos
E. CERD?N TATO
Cuando del oto?o s¨®lo quede una pila de hojas secas, virus y melancol¨ªa, los aplicados cronistas remover¨¢n esos residuos urbanos; y quiz¨¢ hasta nos avisen de un curioso fen¨®meno: la paulatina desaparici¨®n de las casta?eras. Bajo los chaflanes, los aleros de azulejer¨ªa y las acacias, donde la fr¨¢gil figura que prend¨ªa una fragante lumbre, se amparaba de las inclemencias, campan ahora muchachas de largas piernas y senos de alabastro, que venden sus propios ¨®vulos adornados con grecas de chocolate, y certificado de garant¨ªa. Parejas de novios y matrimonios j¨®venes, hacen sus cuentas, y sacrifican el autom¨®vil a la belleza y perfecci¨®n de su linaje. Las muchachas les ofrecen, como en la cata del mel¨®n, un pase ¨ªntimo de sus cuerpos desnudos, para que se percaten del futuro. No son las top model de prestigio que se subastan en una web, con sus trompas de falopio interpretando a Gustav Mahler, para un auditorio exclusivo de financieros y presidentes de empresas, sino secretarias inform¨¢ticas, universitarias y bailarinas de danza cl¨¢sica, en paro. El trapicheo nocturno es cada d¨ªa m¨¢s fascinante. Junto a las minoristas de ¨®vulos, los traficantes de espermatozoides, con vaqueros de rodillas al raso: una docena envasada en plata nativa, y adjunto el cat¨¢logo de las razas heroicas; y cerca, el bisbiseo de unos individuos con trajes de Emidio Tucci, que obsequian al peat¨®n, entre jaculatorias, con unas viejas cintas grabadas con la voz triunfal del NO-DO, y en las que se proclaman jubilaciones de lujo: son propagandistas inseguros y atemorizados, que apestan a s¨®tano ministerial. Un paseo por tan sugestiva feria, facilita un visi¨®n muy certera de la actualidad: el gobierno con los nervios encabritados; y la reproducci¨®n sexual, en las p¨¢ginas amarillas. La pol¨ªtica se hace con invocaciones tenebrosas al pasado; y el placer, se desmonta pieza a pieza, desde los fol¨ªculos de Graaf hasta el jadeo, como un motor fuera borda. La pol¨ªtica al uso est¨¢ destinada al basurero. Los test¨ªculos y la vagina pueden alcanzar el orgasmo glorioso de los valores burs¨¢tiles. Y entonces privatizar¨¢n los ¨®vulos.
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