"Me han pegado por todos lados"
El portero del Madrid busca mejores tiempos con desesperaci¨®n
Dec¨ªan de Albano Bizzarri que impresionaba por su gran confianza en s¨ª mismo, cuando lleg¨® al Madrid. El ex portero del Racing de Avellaneda argentino, y de la selecci¨®n albiceleste, aterriz¨® en Espa?a hace casi un a?o, con la ingenuidad de un chico de provincias (naci¨® en 1977, en un pueblo llamado Etruria, en la provincia argentina de C¨®rdoba) y un expediente prometedor. Muy dotado t¨¦cnicamente, 1,85 metro de altura, el¨¦ctrico de reflejos, preciso con el pie para empezar las jugadas y cargado de personalidad. Todo eso, se ha evaporado en cinco partidos, 450 minutos, y seis goles. Hoy es la ¨²ltima v¨ªctima de un equipo que viaja a la deriva.Bizzarri es un hombre desconcertado. No alcanza a comprender lo que ocurre. Nadie parece confiar en ¨¦l, y Toshack, tampoco. Su entrenador no dud¨® en decir que "Bizzarri no aprovech¨® su oportunidad...", y asegura que espera la llegada de C¨¦sar, el portero del Valladolid, fichado para la pr¨®xima temporada. El p¨²blico del Bernab¨¦u le despidi¨® con una pitada en el derby. "Me han pegado por todos lados" -dijo ayer- "pero s¨¦ que puedo ser el portero del Madrid".
Bizzarri fue titular en tres partidos de Liga y en dos de Liga de Campeones y sus errores son tristemente c¨¦lebres en el Bernab¨¦u. Primero fue Jardel, que le marc¨® un gol cuando no logr¨® atrapar un bal¨®n blandamente colgado. Luego Tsartas, que le meti¨® un gol de falta por su palo. Despu¨¦s el Olympiakos, con un centro lento y raso que no pudo coger y una pelota colgada y predecible, que -como en el gol de Jardel- se le escap¨® de las manos. El preparador de los porteros en el Madrid, Paco Jim¨¦nez, lo defiende: "Contra el Oporto hizo un partidazo... s¨®lo cometi¨® un error, pero la gente s¨®lo lo juzga por sus errores".
Cuando lleg¨® al derby, el s¨¢bado pasado, Bizzarri era un manajo de nervios. El Atl¨¦tico le dispar¨® cuatro veces a puerta y marc¨® tres goles. Una jugada aparentemente inofensiva, termin¨® con ¨¦l en la ducha. Capdevilla persigui¨® un bal¨®n largo, corri¨® 20 metros y se qued¨® solo frente al portero, ante la mirada distra¨ªda de Iv¨¢n Campo. Vendido por su defensa, Bizzarri sali¨® de su ¨¢rea y Capdevilla simul¨® la falta. El ¨¢rbitro expuls¨® a Bizzarri.
Antes de partir a Noruega, renueva la esperanza: "En el f¨²tbol bastan cinco minutos para derribarte, y en otros cinco te levantas... tengo que hacer un buen partido". A Bizzarri s¨®lo le queda la confianza en s¨ª mismo.
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