Oneroso embrollo

Cuando Eduardo Zaplana entr¨® en el bar de las Cortes con Jos¨¦ Emilio Cervera, sus se?or¨ªas estaban divididas entre la naranjada y los pinchos de tortilla, pero todos evocaban el batacazo de Carlos Fabra, cuyo esca?o hab¨ªa descarrilado minutos antes por sobrecarga de poder. Aun as¨ª, Fabra se las arregl¨® para tener un aparte con el n¨²mero uno que dur¨® hasta el hemiciclo, donde Marcela Mir¨® lo zanj¨® de un mazazo, mientras Jos¨¦ Cholbi daba ¨¢nimos al consejero de Sanidad en el burladero y le met¨ªa una estampita en la faltriquera.Cervera subi¨® al tablado, puso cara de ir a privatizar el servicio de vasos de agua de los ujieres e hizo un alarde de ahorro psicomotriz para narrar el proceso administrativo de la contrataci¨®n de las resonancias y tacs de Inscanner, que retrotrajo a los tiempos del caos socialista. Y bord¨® este tost¨®n augurando que el modelo de prestaci¨®n que est¨¢ mascando va a acabar con el nomadismo y la trashumancia de los pacientes. Por algo le llaman El Moderno.

Jos¨¦ Camarasa, por el PSPV, despleg¨® un repertorio de dudas sobre el embrollo oneroso con que Luis Concepci¨®n se hab¨ªa desvinculado de Inscanner a precio de risa, mientras este diputado se aguantaba la quijada con los nudillos tras un banco azul repleto, con Zaplana sonriendo de oreja a oreja y gesticulando para desautorizar a la oposici¨®n. Luego subi¨® ?ngela Llinares, de EU, vestida de Gloria Fuertes y advirti¨® que iba a hacer el discurso de siempre. Y lo hizo. Llinares termin¨® pidiendo la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n, pero Cervera mir¨® hacia otro lado.

Tras ella, Antonio Clemente, del PP, dio una mano de lustre a Concepci¨®n y acus¨® a la oposici¨®n de seguir las consignas destructivas de la prensa, para enseguida enchufar el ventilador de la basura. Cervera volvi¨® con la tabarra de haber comparecido a petici¨®n propia y no para ser el hombre m¨¢s valiente de la Comunidad Valenciana, pero no aclar¨® la relaci¨®n del diputado con Inscanner, aunque diagnostic¨® a los socialistas todos los males y les acus¨® de ser los "agrimensores del progresismo". Y sali¨® por la puerta grande sin acercarse al toro, lo que le vali¨® orejas y rabo.