Ruido y ambulancias
Vivo en una planta alta del paseo de San Francisco de Sales, una calle con abundante tr¨¢fico durante el d¨ªa, que a partir del anochecer se calma, y entre semana, despu¨¦s de las doce, puede llegar a ser un remanso con la espesa vegetaci¨®n de las copas de sus ¨¢rboles.Pero desde hace alg¨²n tiempo y a partir de las doce o la una de la madrugada, venimos sufriendo los vecinos de la zona el penetrante ruido de unos veh¨ªculos limpiadores que, lejos de pasar y o¨ªrlos unos minutos, parece que por su lento proceso de trabajo o tal vez incluso porque se esmeran en la zona sus operarios, permanecen tiempo y tiempo, y se oye la ruidosa m¨¢quina a veces hasta m¨¢s de las dos de la madrugada o m¨¢s cuando vienen tarde. Imag¨ªnese lo que es estar en el primer sue?o y empezar los vecinos a asomarse a la ventana para ver el origen de procedencia de tan penetrantes ruidos, pues mientras lo sufrimos, hemos llegado a distinguir que tiene dos: uno grave de alguno de sus motores y otro de frecuencias agudas, como un silbido continuo, que resulta el m¨¢s agresivo.
Creo que algunos de mis convecinos se han quejado ya telef¨®nicamente, pero no ha surgido ning¨²n remedio.
Aprovecho para denunciar tambi¨¦n el excesivo ruido producido por las ambulancias. Ya sabemos que es zona de hospitales (el Cl¨ªnico, el Jim¨¦nez D¨ªaz y, por si fuera poco, el militar del General¨ªsimo), pero raz¨®n de m¨¢s para regularizar la zona respecto al uso de sirenas. Actualmente hacen lo que quieren los conductores de las ambulancias: cuando se van a comer, no a ning¨²n servicio, salen a todo volumen, con el hast¨ªo consiguiente del vecindario. En tiempos de la se?ora Aguirre (me parece que era ella la que estaba en el cap¨ªtulo de Medio Ambiente) se lleg¨® a controlar mejor este problema. Se podr¨ªan hacer cosas, por ejemplo: una v¨ªa de ambulancias -que no ser¨ªa otra que la del autob¨²s- rigurosamente vigilada durante un tiempo, hasta que aprendan los usuarios de coches particulares de la zona que habr¨ªa que respetarla so pena de sanci¨®n segura, y no como ocurre en la actualidad con la v¨ªa de autobuses, que est¨¢ "sistem¨¢ticamente ocupada por veh¨ªculos en segunda fila".
Eso s¨ª, todas o casi todas las tardes aparecen por aqu¨ª unos motoristas con la gr¨²a correspondiente nada m¨¢s que para cumplir el rito de llevarse un par de coches de la esquina del colegio Santa Mar¨ªa del Pino, dejando el espect¨¢culo de la segunda fila totalmente ocupada del hotel Mindanao -cuya v¨ªa de paso acometida en la acera para servicio del tal establecimiento la emplean ahora los conserjes para aparcamiento, con lo que ya no vale para lo que se hizo-.
Y frente por frente, el restaurante Jos¨¦ Luis, que todos los vecinos constatamos, por el respeto que guardan los agentes a tal segunda fila, que debe disfrutar de alguna clase de bula, no sabemos si por consentimiento municipal o porque el conocido y estimado restoranista se toma sus licencias y no pone un empleado aparcacoches como debiera, provoc¨¢ndose con frecuencia un cuello de botella en la zona -entre el Mindanao y Jos¨¦ Luis y el colegio y las ambulancias de los hospitales, etc¨¦tera- que no se quiere aliviar por quienes debieran, simplemente con una vigilancia regular imparcial -sin empresarios con bulas-, educativa -no nos vengan con m¨¢s multas.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.