El partido del golpista R¨ªos Montt es el favorito en las elecciones de Guatemala
Alfonso Portillo, acusado de asesinato, ser¨¢ hoy el m¨¢s votado, seg¨²n los sondeos
Las sombras del pasado planean sobre las elecciones generales que Guatemala celebra hoy, las primeras desde que el pa¨ªs puso fin, en diciembre de 1996, a 36 a?os de guerra. El Frente Republicano Guatemalteco (FRG), del general golpista Efra¨ªn R¨ªos Montt, emerge como el gran favorito. Derrochando populismo, su candidato a la presidencia, Alfonso Portillo, un abogado y economista tan h¨¢bil como controvertido, ha logrado desbancar al partido gubernamental. Sobre R¨ªos Montt pesa una acusaci¨®n de genocidio. Sobre Portillo, otra de asesinato.
Ni la una ni la otra parecen haber hecho mella en la opini¨®n p¨²blica. Todos los sondeos publicados hasta ahora coinciden en el triunfo de Portillo, con una intenci¨®n de voto que oscila entre un 37% y un 46%. Alrededor de 10 puntos por abajo aparece ?scar Berger, ex alcalde de la capital y candidato oficial, cuyo aspecto apacible y bonach¨®n no ha prendido como se esperaba. En este escenario polarizado, la antigua guerrilla, coligada con otras fuerzas de izquierda, asoma la cabeza en un lejano tercer lugar. Su candidato es ?lvaro Colom, un ingeniero socialdem¨®crata.Las apuestas se cruzan para ver si Portillo, m¨¢s conocido como Pollo Ronco por su voz quebrada, logra alcanzar el 50% de votos v¨¢lidos y alzarse con el triunfo en la primera vuelta, algo in¨¦dito en Guatemala. Si bien el arrastre del FRG no es nuevo (ya en las elecciones de 1995, Portillo qued¨® a tan s¨®lo 32.000 votos del ganador, ?lvaro Arz¨², del Partido de Avanzada Nacional, PAN), lo cierto es que el despegue sostenido de su formaci¨®n ha sorprendido a analistas y observadores, sobre todo por los lastres que arrastran su fundador y su candidato. Mientras Arz¨² puso fin a un conflicto interno que dej¨® 200.000 muertos, la figura del general R¨ªos Montt resucita ese pasado. La Comisi¨®n de Esclarecimiento Hist¨®rico responsabiliza a este militar mesi¨¢nico, que gobern¨® de hecho Guatemala entre 1982 y 1983, de haber eliminado m¨¢s de 400 aldeas ind¨ªgenas en su estrategia contrainsurgente. En todo caso, su imagen, tan denostada fuera del pa¨ªs, despierta respeto y simpat¨ªas en el interior de Guatemala. Dado que su condici¨®n de golpista le impide aspirar a la presidencia, R¨ªos Montt ha debido conformarse con encabezar la lista para el Congreso, y ha dejado que su delf¨ªn, Alfonso Portillo, aproveche y multiplique ese caudal de popularidad. Y eso que el pasado de este camale¨®nico personaje, que simpatiz¨® con la guerrilla y fue diputado de la Democracia Cristiana, tampoco es cristalino: en 1982, Portillo, entonces profesor de derecho en el Estado mexicano de Guerrero, mat¨® a dos j¨®venes al calor de una ri?a bien regada de alcohol. Huy¨® de la justicia y estuvo en situaci¨®n de pr¨®fugo hasta que en 1995 una juez mexicana declar¨® prescrita la acci¨®n penal. Portillo asegura que dispar¨® en defensa propia y que huy¨® porque no hab¨ªa garant¨ªas jur¨ªdicas. Las familias de las v¨ªctimas aseguran que ¨¦stas iban desarmadas. El esc¨¢ndalo salt¨® a la prensa hace apenas un mes. Y lo m¨¢s asombroso es que, lejos de perjudicar al candidato, aument¨® su popularidad. ?l mismo dio el argumento: "Si fui capaz de defender mi vida, ser¨¦ capaz de defender al pa¨ªs".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.